A saxo descubierto

Michael Brecker Quartet

Michael Brecker (saxo tenor), Joey Calderazzo (plano), James Genus (contrabajo) y Jeff Watts (bater¨ªa). Auditorio Nacional. Madrid. 1 de noviembre.

El alumnado todo debe estar a estas horas practicando denonadamente con el saxo para ver si alg¨²n d¨ªa puede emular lo escuchado en el tercer concierto del festival de Madrid. Michael Brecker pertenece a esa clase de m¨²sicos que ha coronado la cumbre gracias al estudio duro m¨¢s que al designio, siempre imprevisible, de la musa del jazz. Su t¨¦cnica no tiene igual, aunque hay quien asegura que es tan lujuriosa en recursos como roma en expresividad, y suele reproch¨¢rsele que su m¨²sica est¨¢ hecha m¨¢s para el an¨¢lisis que para el disfrute, pero lo cierto es que ya lleva suficientes a?os en el circuito como para aceptarle tal y como es: un valioso producto de nuestro tiempo, tan f¨¦rtil en genios tibios.En visitas anteriores, Brecker lleg¨® confundido entre el complejo montaje de fusiones llamativas que comparte con su hermano Randy. Se trajo entonces un temible ingenio electr¨®nico, con una asombrosa tesitura de nueve octavas, capaz de sonar como un hurac¨¢n a la menor insinuaci¨®n, pero, ahora, quiz¨¢ por fin persuadido de su verdadera capacidad instrumental, ha regresado a saxo tenor descubierto, con el equipaje m¨ªnimo, las ambiciones m¨¢ximas y ning¨²n juguete fant¨¢stico que llevarse a los labios.

El cuarteto arranc¨® a todo gas con piezas extra¨ªdas de Tales from the Hudson, un disco t¨®rrido que parece inaugurar un nuevo c¨®digo de intereses y s¨®lo se detuvo, casi una hora m¨¢s tarde, para remansar ligeramente la atm¨®sfera. Atr¨¢s hab¨ªan quedado 60 minutos de fiera intensidad a la caza de emociones fuertes. El saxofonista, embebido del esp¨ªritu de John Coltrane, se extendi¨® en solos construidos sobre un virtuosismo sincero, una sonoridad punzante, inspirada en buena parte en la de Stanley Turrentine, un fraseo enf¨¢tico que no dejaba escapar ninguna nota sin su correspondiente significado y un uso generoso pero siempre controlado de arm¨®nicos. El pianista Joey Calderazzo, otro feliz convertido a las formas ac¨²sticas, le replic¨® con intervenciones plenas de concentraci¨®n, fluidas y l¨®gicas. El contrabajista James Genus tens¨® sin inmutarse la cuerda del swing y Jeff Hatts, dign¨ªsimo disc¨ªpulo de Elvin Jones, goz¨® con cada golpe de su poliritmia luminosa y flexible.

Tras la breve pausa, Brecker introdujo en solitario Skylark a la manera reposada y elocuente de los cl¨¢sicos. Despu¨¦s de lo escuchado, es obligado reintegrar a Brecker al olimpo de los tenores junto a la pareja de formidables Joe Henderson y Lovano, y alg¨²n que otro h¨¦roe an¨®nimo, como Frank Lowe o Rich Perry.