Pizzi m¨¢s ?scar debe ser igual a Ronaldo
La sombra de Ronaldo ha eclipsado a los dos. A Pizzi, actual bota de oro europeo, autor de 3 7 goles, y a Oscar, la eficacia por excelencia, el canterano menos apreciado por Cruyff y el que marc¨® m¨¢s tantos hace un a?o. M¨¢ximo goleador del Barca en la temporada pasada con 10 goles, su f¨²tbol siempre ha sido admirado por Radomir Antic. La mordedura de una rana en Orlando, durante los Juegos Ol¨ªmpicos, le provoc¨® a Oscar una infecci¨®n en el pubis que le ha apartado del equipo durante meses. Ahora est¨¢ recuperado. Ser¨¢ dif¨ªcil de entender si hoy ni siquiera se sienta en el banquillo y si no juega, aunque sea unos minutos, sobre el c¨¦sped de su casa, el Camp Nou.Ambos jugadores tienen un destino en com¨²n: estar arrinconados por Ronaldo, que ha desgajado el cielo futbol¨ªstico y ha descubierto un inmenso agujero que ha cegado a los dos. Oscar meti¨® goles in extremis el a?o pasado que valieron muchos puntos. El relevo de su letal oportunismo lo tom¨® Pizzi en el inicio de la Liga. Un partido dram¨¢tico y ante un mismo rival: el mayor de la familia Garc¨ªa Junyent marc¨® un gol decisivo ante el Espanyol en el descuento, que vino a darle vida a Cruyff, Pizzi firmar¨ªa el mismo guion ocho meses despu¨¦s en el debut de Robson en el estadio azulgrana, que ayud¨® a que la vida del ingl¨¦s empezara mejor. A ¨®scar porque no se sabe por qu¨¦ raz¨®n y pese a estar tasado en 1.000 millones de pesetas se le considera un hombre de 20 minutos y a Pizzi porque es el suplente de oro del brasile?o.
La decisi¨®n de Robson de cambiar a Pizzi en Sevilla -empez¨® a jugar en el segundo tiempo y le sustituy¨® 25 minutos despu¨¦s- le ha desviado del camino. El t¨¦cnico le castig¨® primero por encajar con indisciplina el humillante relevo y luego le concedi¨® el perd¨®n. Pero su racha se desvi¨®: llevaba hasta entonces tres goles -el del Espanyol, el que deshizo un empate en casa ante la Real y un tercero ante el Logro?¨¦s- y ah¨ª se ha quedado. Hoy volver¨¢ a ocupar la plaza de delantero, y en la retaguardia, seguramente, quedar¨¢ Oscar 47 goles entre los dos no les libera de una tremenda losa. El brasile?o no tiene la culpa, pero si marcan, se repetir¨¢ otra vez que su oportunidad ha salvado al Bar?a y, si no, que no alcanzan la estatura de Ronaldo. Tantos goles, en este esquema simple de Robson, que prima las almenas defensivas, sirven para eso: para regresar, pase lo que pase, al banquillo. O, en el peor de los casos, a la grada.
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