El jefe de Gabinete no quiere periodistas 'incontrolados'

Las promesas de apertura y transparencia informativas que Anatoli Chub¨¢is hizo en octubre cuando present¨® a su equipo ante los medios de comunicaci¨®n no se han cumplido. El jefe del gabinete presidencial parece preferir el trato con selectos grupos de periodistas que no hacen preguntas molestas. As¨ª se reflej¨® ayer en una rueda de prensa que dej¨® fuera a los corresponsales internacionales "porque eran extranjeros", y a los rusos incontrolados, porque "la lista ya se hizo esta ma?ana y era para un n¨²mero limitado".Para desmentir su implicaci¨®n en la conversaci¨®n publicada por Moskovski Komsomolets, Chub¨¢is, padre del programa de privatizaci¨®n de bienes del Estado, prefiri¨® tratar hace unos d¨ªas con un grupo limitado de periodistas, a los que convoc¨® en el conservatorio adonde hab¨ªa acudido a escuchar al maestro Mtislav Rostopovich. "El f¨¦rreo Tolia result¨® muy poco convincente", se?alaba un prestigioso economista, antiguo colega de Chub¨¢is en el Gobierno reformista, tras ver las im¨¢genes de aquel desmentido.

Chub¨¢is, un buen organizador con prestigio en Occidente, comienza a enfrentarse a un problema de imagen serio incluso en c¨ªrculos que le han apoyado y que se ven desconcertados por el comportamiento de este pol¨ªtico, que aplica una pasi¨®n sin concesiones a la consecuci¨®n de sus fines. A Chub¨¢is se le atribuye haber eliminado del programa informativo nocturno de la cadena privada NTV unas im¨¢genes del entierro de VIad¨ªmir Nechai, el jefe del centro nuclear de Snezhinsk que se suicid¨® recientemente.

Las im¨¢genes mostraban al economista liberal Grigori Yavlinski, que fue, con el general Alexandr L¨¦bed, uno de los representantes de la llamada tercera fuerza en las elecciones presidenciales rusas. El nerviosismo que el di¨¢logo publicado por Moskovski Komsomolets parece haber causado a Chub¨¢is no se debe, en opini¨®n de los analistas, al temor a las responsabilidades penales por irregularidades financieras durante la campa?a, algo que resulta poco probable, sino a la posibilidad de que los enemigos del jefe del Gabinete, tales como el alcalde de Mosc¨², Yuri Luzhkov, o el jefe del Gobierno, V¨ªctor Chernomirdin, utilicen las acusaciones contra ¨¦l para convencer a Yeltsin de que es mejor prescindir de un colaborador tan pol¨¦mico y que ha acumulado tanto poder mientras ¨¦l estaba enfermo. Por lo visto, hasta L¨¦bed comparte hoy las esperanzas de que la llegada de Yeltsin al Kremlin produzca un cambio en la cumbre del poder, y por eso no excluye volver al Consejo de Seguridad. As¨ª lo ha manifestado el general, que sigue siendo el hombre m¨¢s popular de Rusia despu¨¦s de su cese.