Fin de una larga verg¨¹enza

El homenaje de la Rep¨²blica Francesa a Andr¨¦ Malraux ha servido para acabar con una larga verg¨¹enza. Coincidiendo con la entrada en el Pante¨®n de un hombre que defendi¨® Madrid contra el fascismo, el presidente Jacques Chirac ha concedido al fin el t¨ªtulo y la paga de ex combatientes a los antiguos miembros franceses de las Brigadas Internacionales. Fueron unos 10.000, pero hoy penas un centenar de ellos sigue con vida. "Me siento orgulloso por Malraux, por todos los que han muerto ya y por m¨ª mismo; desde la liberaci¨®n de Franc¨ªa hemos sido los grandes olvidados de la victoria", dijo un superviviente. El reconocimiento de los voluntarios de las Brigadas Internacionales estuvo a punto de producirse en 1993. En enero de ese a?o, el ¨²ltimo Gobierno socialista con sigui¨® que la Asamblea Nacional votara a favor de la concesi¨®n de pensiones a los viejos combatientes de Espa?a. Pero la derecha, todav¨ªa minoritaria, se opuso, ferozmente. El diputado gaullista Eric Raoult, hoy ministro de las Ciudades, se neg¨® a honrar a "unas gentes que fusilaban a los anarquistas". Otro diputado, Xavier Deniau, calific¨® a los brigadistas de mercenarios".La izquierda no tuvo tiempo de publicar el decreto de reconocimiento. Las elecciones legislativas de marzo de 1993 dieron una abrumadora mayor¨ªa a la derecha, que enterr¨® la resoluci¨®n de la anterior legislatura. El ¨²ltimo servicio de Malraux a la libertad habr¨¢ sido el de enmendar aquella torpeza gaullista.