Lluvia de remates, paradas y postes

Acostumbrados como est¨¢n en Vallecas a que el f¨²tbol siempre pase de largo, lo que se vivi¨® ayer all¨ª puede considerarse como todo un d¨ªa de fiesta. Hubo llegadas a barullo, remates espectaculares, paradas acrob¨¢ticas, regates de lujo... Aparecieron esos lances que un domingo s¨ª y otro tambi¨¦n el p¨²blico de este campo se tiene que conformar con ver por televisi¨®n. El f¨²tbol se acerc¨® por una vez a Vallecas, aunque lo hizo con ganas de guasa. Cuando mand¨® y se emborrach¨® de ocasiones el Zaragoza, le concedi¨® el gol al Rayo. Y cuando fue el conjunto local el que tom¨® las riendas y se hart¨® de oportunidades, le dio el gol al visitante. Las cosas de este deporte.Porque la primera mitad fue propiedad del Zaragoza. Le quit¨® la pelota al Rayo y busc¨® su porter¨ªa de todas las maneras. Dan? trabaj¨® a destajo y volvi¨® loca a la defensa franjirroja, que no supo adem¨¢s como parar las apariciones por sorpresa en su ¨¢rea de Gustavo Poyet. El Zaragoza, sin embargo, careci¨® de pegada y de fortuna. Contreras, el larguero y la falta de punter¨ªa se encargaron de prohibirle el gol. En la otra punta del campo, Andrijasevic, en una de las pocas veces que el Rayo acert¨® a sacarse el bal¨®n de su campo, se encontr¨® v¨ªa libre para marcar.

La segunda parte perteneci¨® al Rayo, que cambi¨® el panorama simplemente con adelantar 20 metros todas sus l¨ªneas. El Zaragoza baj¨® los brazos, tal vez desesperado por lo sucedido antes del descanso, pero misteriosamente se encontr¨® el gol que tanto se le hab¨ªa negado antes en un despeje a la desesperada. El Rayo, que encontr¨® en De Quintana y sus voleas, como hace siete d¨ªas, a su mejor artillero, no marc¨®. Lo mereci¨®, pero se estrell¨® contra Juanmi y los palos.

Al final, el empate, aunque a su manera, hizo justicia. Y dej¨® al Rayo por tercer encuentro consecutivo sin ganar en casa. Y al Zaragoza, en una racha peor: no conoce la victoria desde la segunda jornada.