El Gobierno brit¨¢nico confirma las simpat¨ªas nazis del duque de Windsor
El primer ministro brit¨¢nico Winston Churchill libr¨® una peculiar batalla diplom¨¢tica durante los primeros a?os de la II Guerra Mundial con el duque de Windsor, cuyas tendencias filonazis hab¨ªan quedado de manifiesto desde poco despu¨¦s de su abdicaci¨®n del trono como Eduardo VIII, en 1936. Documentos hasta ahora secretos hechos p¨²blicos ayer por el Gobierno confirman todas las sospechas sobre las abiertas simpat¨ªas nazis del duque, quien visit¨® a Hitler en 1937.
Telegramas cifrados, cartas y notas secretas enviadas desde el Foreign Office a diversos embajadores brit¨¢nicos demuestran hasta que punto Eduardo de Windsor represent¨® una fuente de inquietud pol¨ªtica para Churchill con sus declaraciones a la prensa abiertamente favorables a la paz con Hitler, en total oposici¨®n a la l¨ªnea del Gobierno conservador brit¨¢nico. El duque alberg¨® secretamente la esperanza de que un triunfo de los nazis pudiera restituirle la corona perdida tras su matrimonio con la norteamericana divorciada Wallis Simpson.La mayor parte del material data de la primera mitad de la guerra, hasta que los Duques de Windsor se fueron a las Bahamas, una vez que el Foreign Office consigui¨® convencer al destronado monarca de la conveniencia de aceptar el cargo de Gobernador general en esas islas. Se trataba sobre todo de una h¨¢bil estratagema para apartarlo de Europa.
Los meses de exilio en Espa?a y Portugal -pa¨ªses neutrales- hab¨ªan constituido un esc¨¢ndalo en Londres por el movimiento de esp¨ªas alemanes en tomo a las residencias de la pareja. Acaso el ejemplo m¨¢s curioso de la documentaci¨®n revelada ayer, sean las cartas y telegramas intercambiados entre Eduardo de Windsor y el secretario de las colonias, Lord Moyne, y entre el propio duque y el primer ministro Churchill, en relaci¨®n con un proyectado viaje de los Windsor a Estados Unidos en un yate prestado, en marzo de 1941. Viaje que Churchill se neg¨® a autorizar, habida cuenta de los temores de que el generoso multimillonario que prestaba su yate no era otro que Axel Wenner-Gren, un individuo de reputadas simpat¨ªas nazis.
"Me propongo pasar en Am¨¦rica unas dos semanas. La duquesa y yo queremos hacer una visita a su familia en Baltimore... nos comunicaremos con la Casa Blanca y la Embajada brit¨¢nica tan pronto como recibamos el visto bueno para este plan", escrib¨ªa el Duque de Windsor a Lord Moyne.
Pero, adem¨¢s, la idea del Duque de Windsor en EE UU, concediendo entrevistas a periodistas y visitando a personalidades pol¨ªticas estaba lejos de agradar a Churchill. D¨ªas antes, el destronado rey hab¨ªa concedido una entrevista a un semanario estadounidense con declaraciones favorables a la paz con Hitler.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.