Miscel¨¢neas
Hay de todo en la noche, suele suceder, una cultura viva que nace en las entra?as de la ciudad. El grupo neoyorquino Marilyn Manson re¨²ne en un local a quinientos j¨®venes con color, rollo que se dice, ansias de modernidad. El grupo declara: nuestra m¨²sica es fuerte, podemos herir la sensibilidad del espectador, somos el anticristo, queremos provocar el apocalipsis. As¨ª que espero una visitaci¨®n demoniaca. Comienza el teatrillo; los falsarios motivan al personal con saltos, chillidos y algaradas. Los chicos de Marilyn se han disfrazado de diablillos, cubiertos de vendas con pigmentos rojos, maquilladas las jetas de calaveras. Y es que el montaje huele, pero cala en un p¨²blico entregado a los dictados, de los medios. Termina el espect¨¢culo; un aliento g¨¦lido suspende en el aire. Me presentan a'Marilyn, el l¨ªder del grupo, un tipo que viste h¨ªbrido entre femenino y masculino, que observa a la gente desde su altura cercana a los dos metros con la arrogancia y el desprecio de alguien que ni es ni ser¨¢ Bob Dylan. Por aqu¨ª, a estos individuos se les denomina tolais. Es que no se puede predicar el apocalipsis y luego ser pusil¨¢nime o una imitaci¨®n p¨¦sima de Tim Burton. He tenido suerte: he escuchado jaculatorias a la contra que no atemorizan a los gatos.Una cosa es cierta: la m¨²sica de Marilyn Manson es potente y suena bien.
Prosigue la noche, que es tierna a ratos, cuando el mundo no parece un pa?uelo, cementerios, cipreses.
Llego, a Sole¨¢, un local reinaugurado en la Cava Baja. En las miscel¨¢neas hay horas brujas, se deambula del sonido siniestro al flamenco, de la mentira al sabor de un rioja, lo simple, lo maravilloso. En el s¨®tano de abajo canta Pilar Almod¨®var, gitana, hermosa, con una voz que sale del coraz¨®n y se quiebra como lluvia. Eriza la piel, y el alma. Arriba charlo con Pescao, cantaor, gitano y de Palencia. Se arranca por las buenas, le apetece, canta: en Espa?a, los viejos mueren de puntillas. Luego, mientras hablamos, escucho sus quejas. Ama a Espa?a, y Espa?a no le deja respirar porque es gitano, otros ¨¢mbitos. La polic¨ªa le ha reclamado palabras y documentaci¨®n hace unas horas. Eran payos, dice; su mujer es paya. Miscel¨¢neas, los grandes pueblos se construyen sobre esto, una textura de colores, sexos, idiosincrasias. Pescao y yo vamos apurando reglas de silencio y miradas; tiene el talento depurado en una frente de sonrisas, aunque tambi¨¦n se adivina el sudor. Su mujer se lanza por sevillanas. Pescao recita y toca palmas. Me lo estoy pasando en grande. Estoy entrando en la noche que siempre dese¨¦, ajena a las drogas y los navajeros y los tiburones. Es cierto que hay una nocturnidad diferente, donde zurean las palomas y no es necesario ser m¨¢rtir.
Culto y refinado
Un ¨¢rabe, debe serlo por la fisonom¨ªa, escucha el recital. Me lo presentan. Se llama Tarek y es palestino, de Hebr¨®n. Vive aqu¨ª hace quince a?os. Tiene una empresa de consulting. Resulta refinado, extremadamente culto y afable. Por mi parte le reconozco mi ra¨ªz jud¨ªa. Prim¨® Levi escrib¨ªa: un jud¨ªo tiene el derecho y el deber de ser antiisrael¨ª o proisrael¨ª, jud¨ªo de religi¨®n o de pueblo. Yo amo Israel, la he amado siempre, soy ateo y siento el juda¨ªsmo como un hecho de solidaridad. Charlamos sobre el conflicto de Oriente Pr¨®ximo. Hallamos lugares comunes: Palestina merece y exige un Estado; Netanyahu no representa los anhelos de un pueblo, que quiere la paz. Hay un punto de discordia. Tarek dice que no. Yo digo que Jerusal¨¦n pertenece a Israel y es indivisible, antes, ahora y despu¨¦s. Palestina sigue siendo la comunidad m¨¢s cultivada del mundo ¨¢rabe, aunque los extremistas la perviertan. En Tarek hay algo muy de los suyos, una tranquilidad vital, una mirada inquietante. No resulta tan complicado sentar a una mesa a un jud¨ªo y un palestino, se trata de voluntad, humana antes que pol¨ªtica. De cualquier manera, la cultura es un bien com¨²n a todos, no una disciplina de ¨¦lites perdidas en la irrealidad. La cultura brota de la realidad y la plagia, por fortuna. Camus lo escrib¨ªa: el arte tiene vocaci¨®n de reunir.Miscel¨¢neas: aunar tendencias, razas, clases sociales, g¨¦neros, la revoluci¨®n y la paz, el combate y la ortodoxia, el d¨ªa y desde luego una noche siempre diferida.
Te cuento lo que ocurre, compa?ero, compa?era. La mixtura de los pueblos hace avanzar la historia hacia la utop¨ªa que es la libertad, hacia la idea de la vida que es la libertad. El c¨®ctel de la propia vida es un corolario, un tornasol de pasiones e ideas. Jud¨ªos, ¨¢rabes, negros, orientales, payos, un extreme?o, un flamenco, un catal¨¢n, un vasco. Bajo todos ellos habita la pulsi¨®n de la existencia. Eso hermana.
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