Guatemala encara el reto de hacer un nuevo pa¨ªs
ENVIADA ESPECIAL Un momento de pasado, de presente y de futuro. As¨ª defini¨® el presidente de Guatemala, ?lvaro Arz¨², la firma de la paz que el domingo cerr¨® 36 a?os de guerra civil. El pasado lleg¨® con el sobrecogedor minuto de silencio guardado en memoria de las 150.000 v¨ªctimas del conflicto. El presente, con el abrazo entre el mandatario y los dirigentes guerrilleros. Y el futuro, con la tremenda perspectiva de empezar a construir un "nuevo pa¨ªs"; en palabras de Arz¨², "asumir la, tragedia fratricida, redise?ar la convivencia y trabajar duro".
Minutos despu¨¦s de la ceremonia de la firma -en el Palacio Nacional en medio de las rigideces protocolarias-, el presidente y los cuatro dirigentes de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) salieron al parque central, donde decenas de miles de personas hab¨ªan presenciado el acto en dos pantallas gigantes.Sin inmutarse ante el coro de consignas a favor de la guerrilla, el presidente Arz¨² pidi¨® a los guatemaltecos "mente clara, coraz¨®n limpio y espaldas anchas" para encarar el futuro. Junto a Pablo Monsanto, Rolando Mor¨¢n, Jorge Rosal y Carlos Gonz¨¢lez, el presidente encendi¨® en un pebetero la llama de la paz. Despu¨¦s, arropa dos por la emoci¨®n de la gente, se abrazaron.
La fiesta se extendi¨® por todo el pa¨ªs. En el departamento noroccidental del Quich¨¦, asolado por la represi¨®n militar de principios de los a?os ochenta, los ceremoniales mayas y cristianos pusieron fin al periodo de "oscuridad". El poblado ixil de Chajul celebr¨®, por primera vez en 25 a?os, un baile tradicional.
Los acuerdos de paz son la gu¨ªa de trabajo para la construcci¨®n de Guatemala. Varios de los puntos m¨¢s sensibles est¨¢n ya encarrilados: en los pr¨®ximos meses, 19.000 combatientes ser¨¢n desmovilizados (3.000 de la guerrilla y 16.000 del Ej¨¦rcito, que ver¨¢ reducidos as¨ª sus efectivos en un 30%). Para ellos habr¨¢ programas especiales de reinserci¨®n. El pa¨ªs debe afrontar tambi¨¦n una serie de reformas constitucionales y pol¨ªticas para consolidar el sistema democr¨¢tico y la profesionalizaci¨®n de la justicia y las fuerzas de seguridad. Pero lo m¨¢s dif¨ªcil va a ser el combate contra la marginaci¨®n y la reactivaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs.
Un vistazo a los indicadores socioecon¨®micos resulta clarificador. De los 10,5 millones de guatemaltecos, ocho millones viven en la pobreza. La mitad de la poblaci¨®n es analfabeta. El 70% no dispone de electricidad. S¨®lo el ?% de los activos (algo m¨¢s de tres millones de personas) tiene un empleo fijo.El resto est¨¢ a caballo entre el desempleo y la econom¨ªa sumergida.
"Mientras no se asegure que la gente tenga acceso a un trabajo productivo, la paz seguir¨¢ siendo una quimera", ha se?alado el arzobispado, que aboga por un gran pacto social. El reciente incremento del precio de los combustibles ha puesto en pie de guerra a los sindicatos.
El monto inicial calculado por el Ejecutivo para cumplir los compromisos de los acuerdos de paz en los pr¨®ximos cuatro a?os (programas econ¨®micos y de desarrollo social, b¨¢sicamente) asciende a 2.500 miIlones de d¨®lares (unos 325.000 millones de pesetas). Y el presupuesto del Estado para 1997 no pasa de los 2.300 millones de d¨®lares.
Ante semejante perspectiva, el presidente de Guatemala ha desplegado una ambiciosa ofensiva diplom¨¢tica para recabar fondos. El Gobierno espera conseguir cr¨¦ditos internacionales por un monto cercano a los 1.500 millones de d¨®lares. Los mil millones restantes deber¨¢n ser financiados con recursos internos, mediante el aumento de la recaudaci¨®n fiscal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.