El lastre de Milosevic
ACOSADO POR la presi¨®n de la calle y la de la comunidad internacional y debilitado por las desafecciones de algunos de los que hasta ahora le hab¨ªan apoyado, el presidente serbio, Slobodan Milosevic, ha comenzando a soltar lastre. Demasiado poco y, probablemente, demasiado tarde. Ayer, en una carta enviada por su ministro de Asuntos Exteriores a la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE), el. r¨¦gimen serbio acept¨® parcialmente la victoria de la oposici¨®n en las elecciones municipales del 17 de noviembre, algunos de cuyos resultados anul¨® el poder.A los pocos d¨ªas de ejercer una dura represi¨®n policial, el r¨¦gimen ha admitido que la oposici¨®n triunf¨® en tres ciudades y en nueve municipios de Belgrado, aunque no se ha manifestado respecto al decisivo concejo municipal de la capital serbia. El Gobierno deja una puerta abierta para revisar la situaci¨®n en vanas municipalidades' disputadas, al tiempo que rechaza la victoria de la oposici¨®n en otras tres. Es la reacci¨®n, torticera que tem¨ªa la OSCE tras el informe de la misi¨®n informativa que presidi¨® Felipe Gonz¨¢lez. Se preve¨ªa que Milosevic estar¨ªa dispuesto a hacer algunas concesiones, pero no a ceder a la oposici¨®n el control municipal de la capital. El consejo permanente de la OSCE, reunido ayer en Viena, no pod¨ªa aceptar esta reacci¨®n manipuladora al informe de Gonz¨¢lez y apoy¨® plenamente una conclusi¨®n tan sencilla como la que sigue reclamando la oposici¨®n: que el, r¨¦gimen acepte los resultados, reales del 17 de noviembre.
Milosevic no ha comentado personalmente el informe de la OSCE. Su silencio puede reflejar que su entorno est¨¢ dividido sobre la l¨ªnea a seguir, o que espera que las manifestaciones callejeras que se suceden en Belgrado y otras ciudades desde hace seis semanas acaben perdiendo vitalidad ante unas concesiones parciales, aunque la realidad parece llevarle la contraria.
Milosevic debe empezar a sentir que est¨¢ perdiendo apoyos. El Nuevo Partido Democr¨¢tico, que sostiene la coafici¨®n gubernamental, se est¨¢ replanteando su posici¨®n. El Parlamento de Montenegro, territorio asociado a Serbia en la federaci¨®n yugoslava, ha reclamado que se establezca la verdad por medios democr¨¢ticos. Las Fuerzas Armadas han emitido ruidos o mensajes contradictorios. Y la Iglesia ortodoxa de Serbia, que durante a?os apoy¨® la pol¨ªtica nacionalista de guerra de Milosevic, se ha distanciado brutalmente de ¨¦l. La Iglesia s¨®lo ha roto su silencio impulsada por la oposici¨®n, probablemente al sentir que el barco de Milosevic comienza a hacer agua. Pero tambi¨¦n su quiebro resulta tard¨ªo e in¨²til para recuperar influencia y protagonismo, ante la posible transici¨®n que se presagia.
La crisis serbia rebasa ya lo que es un intento de restableces la verdad tras los pasos dados por el partido socialista -directo sucesor del anterior partido comunista- de arrebatar la victoria electoral a una variopinta oposici¨®n. No s¨®lo la calle, sino tambi¨¦n los pa¨ªses europeos y Estados Unidos, que hasta fecha reciente hab¨ªan apoyado a Milosevic como garant¨ªa para el proceso de paz en Bosnia, est¨¢n tratando de, impulsar un cambio, una transici¨®n hacia una democracia plena. -Milosevic se ha convertido ya en un lastre.
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