Hijo del Pirineo

LA CULTURA espa?ola acaba de perder a uno de sus grandes sabios del siglo, el fil¨®logo Joan Coromines, autor, entre otras muchas obras de investigaci¨®n, de tres monumentos d¨¦ la ciencia ling¨¹¨ªstica: el Diccionario cr¨ªtico etimol¨®gico de la lengua castellana, obra todav¨ªa no superada sobre el origen y la evoluci¨®n del l¨¦xico espa?ol; el Diccionari etimol¨®gic i complementari de la llengua catalana, y, finalmente, la aut¨¦ntica obra de su vida, que le ha ocupado m¨¢s de setenta a?os, desde su adolescencia hasta las semanas previas a su muerte: el colosal Onomasticon Cataloniae, que recoge y analiza los top¨®nimos de todos los territorios donde se habla la lengua catalana y que, al decir de los especialistas, constituye un caso ¨²nico en la historia de la ling¨¹¨ªstica. Es decir, ninguna otra lengua tiene una obra tan exhaustiva y valiosa.Coromines ha sido un fing¨¹ista excepcional, una personalidad ¨²nica en la cultura hisp¨¢nica. A su profund¨ªsimo conocimiento de n¨²meros as lenguas -todas las de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, por supuesto- a?ad¨ªa su enorme sabiduria y capacidad de trabajo, desarrollado tanto en las bibliotecas como en sus trabajos de campo, que le llevaron a pr¨¢cticamente todas las comarcas y pueblos donde se habla catal¨¢n y tambi¨¦n a territorios vascohablantes para recoger directamente las formas vivas del lenguaje humano. Coromines trabaj¨® sin inform¨¢tica ni ayudas oficiales, realizando una tarea que ocupar¨ªa a generaciones enteras de investigadores, movilizando a la vez a decenas de disc¨ªpulos en todo el mundo. Y lo hizo, adem¨¢s, en silencio, huyendo de los reconocimientos oficiales y evitando la notoriedad.

A ello a?adi¨® una actitud c¨ªvica ejemplar y una fidelidad a la lengua catalana que en ning¨²n aspecto fue incompatible, muy al contrario, con el di¨¢logo y con la aportaci¨®n cient¨ªfica a otros ¨¢mbitos ling¨¹¨ªsticos, como el de las lenguas vasca y castellana. Orient¨® al escolapio Justo Mocoroa, por ejemplo, en su b¨²squeda de locuciones populares vascas para su monumental Ortik eta emendik. Su actitud podr¨ªa simbolizarse con las palabras finales de su discurso de agradecimiento a la Academia de la Lengua Vasca, que le nombr¨® miembro de honor en 1994: "Gora Europa bat, Au?emendiko alaba!" ("?Viva Europa unida, hija del Pirineo!").