El jefe del Gobierno holand¨¦s desautoriza al ministro que excluyo a Espa?a del acceso al euro
El primer ministro holand¨¦s, el socialista Wim Kok, rectific¨® ayer rotundamente a su ministro de Finanzas, el liberal Gerrit Zalm, quien el lunes se hab¨ªa mostrado contrario a la entrada de Espa?a, Italia y Portugal en el grupo de cabeza de la moneda ¨²nica. "Es s¨®lo una hip¨®tesis o una predicci¨®n personal [de Zalm], no una declaraci¨®n del Gobierno", dijo, puesto que "la selecci¨®n de monedas" integrables en el euro se realizar¨¢ "a principios de 1998 con datos ciertos de 1997". Madrid recibi¨® con indignaci¨®n las ideas de Zalm. Ram¨®n de Miguel, secretario de Estado para las Comunidades Europeas, fue tajante: "En este tema de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria no hay m¨¢s que una verdad, que es el Tratado de Maastricht".
M¨¢s contundente a¨²n, Kok dijo que "Espa?a, Italia y Portugal tienen el mismo derecho que Holanda a ser juzgados por los mismos criterios", por lo que "debemos evitar crear divisiones anticipadas". Su ministro hab¨ªa calificado de "histeria" la pretensi¨®n de los Gobiernos sure?os de entrar desde el principio, como si despu¨¦s fuese imposible. El primer ministro propugn¨® que "cuantos m¨¢s pa¨ªses participen desde el principio [el 1 de enero de 1999], en base a su cumplimiento de los criterios de convergencia, mejor ser¨¢ para la uni¨®n monetaria". Algo que chocaba con Zalm, partidario de una "uni¨®n monetaria reducida en su inicio para asegurar la credibilidad del euro".Wim Kok, furioso, con su ministro, se atuvo as¨ª a la doctrina oficial, aunque ¨¦l tambi¨¦n apoya un "euro fuerte", como el resto de los ciudadanos holandeses. ?stos, orgullosos del flor¨ªn fuerte, se emparejan con los alemanes, a quienes horroriza la eventualidad de una moneda europea menos estable que el marco.
Pero el ment¨ªs no cierra las inc¨®gnitas monetarias del semestre. Aunque la diplomacia espa?ola ha abortado el intento de Zalm de discutir oficialmente de los fondos estructurales que se renovar¨¢n en 1999 (Espa?a drena seis billones en cinco a?os), Zalm ha colado el asunto para un debate en un Ecofin informal.
Kok, m¨¢s amigo de Espa?a o m¨¢s consciente de su responsabilidad, tiende puentes. Para ¨¦l, un ¨ªntimo de Felipe Gonz¨¢lez, el nuevo presidente espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, no ser¨¢ quiz¨¢ ning¨²n genio de la pol¨ªtica europea, pero de ninguna manera un mal colega: "Lo hace menos mal de lo que yo pensaba", coment¨® informalmente a los periodistas con cierta iron¨ªa positiva tras haber compartido con Aznar tres cumbres comunitarias.
En Madrid, el Ministerio de Asuntos Exteriores respondi¨® con indignaci¨®n contenida a las declaraciones de Gerrit Zalin, inf¨®rma Jos¨¦ Miguel Larraya. "Las opiniones del ministro holand¨¦s, presidente del Ecofin, son opiniones, respetables como todas", pero "en este tema de la entrada en la tercera fase de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria no hay m¨¢s que una verdad que es el tratado de Maastricht" afirm¨® Ram¨®n de Miguel, secretario de Estado para la Comunidades Europeas.Sorpresa e irritaci¨®n
El diplom¨¢tico espa?ol que, evit¨® entrar en cualquier tipo de pol¨¦mica con el ministro holand¨¦s, subray¨® que el tratado ha definido claramente cu¨¢les son los criterios de convergencia. "Los pa¨ªses que est¨¦n en esos criterios de convergencia estar¨¢n en la tercera fase de la Union Monetaria. Y sobre esto, que es derecho primario de la Uni¨®n Europea, no caben interpretaciones. Como Espa?a tiene la firme intenci¨®n, y m¨¢s que una razonable presunci¨®n de estar, al final de este a?o, dentro de esos criterios, me parece que cualquier comentario sobra en este momento".
En medios pr¨®ximos al ministerio no se ocultaba su sorpresa e irritaci¨®n por las declaraciones de Zalm. Sorpresa, porque no es habitual que un ministro de Hacienda de un pa¨ªs que asume la presidencia semestral de la Uni¨®n -y porque por tanto le corresponde la presidencia del consejo de econom¨ªa y finanzas (Ecofin)- haga unas declaraciones tan agresivas contra pa¨ªses miembros; e irritaci¨®n porque las. velada amenaza holandesa deja claro que los sacrificios que se est¨¢n realizando en las pol¨ªticas de ajuste presupuestario no se consideran suficientes en algunos medios europeos.
Lo que revela esta escaramuza de Zalm es que el semestre holand¨¦s peinar¨¢ los flecos de la uni¨®n monetaria. "No hay que subestimar la tarea de traducir en textos jur¨ªdicos los acuerdos pol¨ªticos de Dubl¨ªn", alert¨® el presidente de la Comisi¨®n, Jacques Santer, refiri¨¦ndose sobre todo al Pacto de Estabilidad, quiz¨¢ con el temor de que la letra peque?a suscite a¨²n nuevos problemas. En todo caso, la doctrina del rigor presupuestario para la uni¨®n monetaria que tanto preocupa a Zalm no sufrir¨¢ mella en el semestre.
En cuanto al paro, novedades limitadas. Se apoyar¨¢ lo que queda del Pacto de Confianza para el Empleo dise?ado por Santer. Sobre todo, los "pactos territoriales" o experiencias piloto locales; los acuerdos entre los agentes sociales sobre la flexibilidad del mercado laboral y del tiempo de trabajo, y un "plan de acci¨®n" para aprovechar todas las oportunidades del mercado ¨²nico.
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