Fujimori sale del mutismo para decir que no ceder¨¢ a la presi¨®n guerrillera
ENVIADO ESPECIALEl presidente de Per¨², Alberto Fujimori, no mueve ficha. Ayer abandon¨® su hermetismo para hablar con un reducido grupo de periodistas. Les dijo que no va a haber concesiones (liberaci¨®n de presos) al comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) que ocupa la residencia del embajador japon¨¦s en Lima, pero tambi¨¦n que aboga por la prudencia. En la firmeza se atisba un agujero: que el comando pueda abandonar el pa¨ªs si libera con vida a los rehenes. Lo dice el diario oficialista Expreso.
Una cadena de televisi¨®n hab¨ªa grabado poco despu¨¦s de las 3.30 de la madrugada el apresurado regreso de un guerrillero del MRTA, agazapado, con arma larga en la mano, y saludando a las c¨¢maras, desde el jard¨ªn de la sede diplom¨¢tica a su interior. No hubo ninguna precisi¨®n sobre sus intenciones. Poco antes, hab¨ªan sonado varios disparos de origen desconocido. Es la segunda vez que, desde la toma de la embajada, ocurre un incidente parecido. En el anterior, hab¨ªa explosionado una mina cazabobos al ser activada por el paso de un animal, inform¨® la Cruz Roja.En unas breves declaraciones a la prensa, Fujimori insisti¨® en la necesidad de actuar con "una mezcla de firmeza en nuestra Posici¨®n, no liberaci¨®n de los presos del MRTA, y al mismo tiempo de prudencia para asegurar la integridad f¨ªsica de los rehenes". Esto parece dar a entender que el presidente aboga por la soluci¨®n pac¨ªfica. Y como las negociaciones. son secretas, el diario oficialista expreso aporta algunas indicaciones claves. Si la liberaci¨®n de los 74 rehenes se realiza de forma tranquila, a cambio, el Gobierno podr¨ªa facilitar la salida del comando al exterior. "Esto", dice el diario, "ser¨ªa saludado igualmente en Asia, Europa y EE UU como una f¨®rmula aceptable". Acordar un desalojo sin violencia, ni cesiones. percibidas como claudicaciones, es el objetivo fundamental de los contactos.
Entre los curiosos que rondan la legaci¨®n ayer estuvo a punto de haber un encuentro sangriento, al chocar cerca de la residencia un grupo de santeros y una devota de. la Legi¨®n de Mar¨ªa. Al grito de "?herejes, herejes!", la feligresa laica Mar¨ªa Teresa carg¨® con un bolso contra 30 brujos llegados al lugar entropel. Advertida por la gran bulla, del aquelarre andino, irrumpi¨® a gritos: "Ustedes est¨¢n ofendiendo a Cristo, a la Virgen Mar¨ªa y Dios, y yo, como cat¨®lica, apost¨®lica, romana y devota de la Virgen Mar¨ªa, no puedo permitirlo, y asumo el deber de pedirle que se retiren".
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