Una opereta con garbo de Chap¨ª
Hace m¨¢s de un siglo, exactamente el 21 de abril de 1891, se estren¨® en el Teatro de la Zarzuela, que ahora la resucita, la zarzuela c¨®mica El rey que rabi¨®, libro de Ramos Carri¨®n y Vital Aza, m¨²sica de Chap¨ª. La producci¨®n presentada sigue la edici¨®n cr¨ªtica llevada a cabo por Tom¨¢s Marco, que sucede a Ram¨®n Barce y a Jes¨²s Villarrojo, todos autores de hoy, en la tarea de revisar, limpiar y orientar la edici¨®n responsable y correcta de algunas de nuestras zarzuelas de las que no hab¨ªa ni siquiera partitura impresa.La vigencia de la zarzuela cre¨®, o renov¨®, frases y dichos que han quedado en el habla de las gentes, como en el caso de El rey que rabi¨®, que ya aparece en Quevedo y procede de m¨¢s antiguos relatos tradicionales: El rey que rabi¨® por gachas o por sopas, como nos informa Iribarren en su delicioso volumen El porqu¨¦ de los dichos. La verdad es que este rey imaginario de Chap¨ª y de sus colaboradores no rabi¨®; ¨²nicamente se aburr¨ªa con la vida cortesana de la que escap¨® disfrazado de "pastor sencillo" para al fin encontrar en la aldeana Rosa el amor aut¨¦ntico de su vida, hasta convertirla en reina con olvido de los azules de la sangre y las razones de Estado.
El rey que rabi¨®
De Aza, Ramos Carri¨®n y Chap¨ª. Producci¨®n para Madrid y Bilbao, dirigida por J. L. Iturri. Direcci¨®n musical: L. Remart¨ªnez. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 7 de enero.
Dicen las cr¨®nicas que el actor -llam¨¦mosle as¨ª- que ladraba sonoramente firmaba cada d¨ªa un recibo con la especificaci¨®n de su trabajo: "Por ladridos, dos pesetas". Y este can muerde a quien los ministros suponen rey y no lo es pues uno de los equ¨ªvocos de la obra es el del trueque del monarca por el antiguo novio de la aldeana. Los gobernantes, temerosos de que su majestad fuera atacado por el mal de la rabia, re¨²nen al protomedicato, que emite su informe en un coro que hizo las delicias de Ram¨®n y Cajal con su rotunda conclusi¨®n: "De esta opini¨®n nadie nos sacar¨¢ / o el perro est¨¢ rabioso o no lo est¨¢".
Repertorio salvado
El repertorio no puede ser m¨¢s ingenuo, pero fue salvado por los libretistas y muy especialmente por el compositor en una partitura que para Antonio Pe?a y Go?i estaba llena de "agilidad, destreza, ingenio vivaz, ductilidad y elegancia" y que al rozar el campo de la opereta francesa o vienesa las supera en chispa y garbo.Sobre unos felices escenarios de Carlos Cugat, estilizadamente realistas, y unos figurines de Juan Ruiz, de acumulado barroquismo, Jos¨¦ Luis Iturri ha movido la escena en aire y tono adecuados a la farsa, mientras Luis Remart¨ªnez ha llevado en volandas la m¨²sica con claridad, sencillez y buena dosis de contrastes. El tenor madrile?o Enrique Ferrer hizo muy bien su papel de rey, originalmente pensado para una soprano, y Victoria Manso llen¨® de credibilidad el amoroso personaje de Rosa. No menos m¨¦rito alcanzaron los ministros del sumario gobierno -el polifac¨¦tico Luis ?lvarez, Enrique del Portal, Javier Ferrer y Carlos L¨®pez- en tanto Emilio S¨¢nchez sirvi¨® muy propiamente a Jerem¨ªas o Luis Barbero dio grosor al tipo del alcalde.
Coros, ballet, figuraci¨®n y orquesta titulares del teatro se comportaron con buen nivel, as¨ª es que la audiencia, grande o infantil, lo pas¨® bien y aplaudi¨® con ganas los diversos n¨²meros, ocurrencias y malicias. Los peque?os tuvieron, adem¨¢s, un regalo: el atractivo programa, con dibujos infantiles a todo color, expresamente impreso para ellos. Total: ¨¦xito pleno para todos.
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