"No hay que ser servil ante las exigencias del p¨²blico"
El pianista h¨²ngaro Zolt¨¢n Kocsis abri¨® anoche en el Auditorio Nacional de Madrid el Ciclo Grandes Int¨¦rpretes. Con un programa que arranc¨® con Mozart y termin¨® con el Libro II de los Preludios de Debussy, Kocsis decidi¨® no in cluir a su compatriota B¨¦la Bartok, previsto en un principio y del que est¨¢ considerado como un gran int¨¦rprete. "Ser h¨²ngaro no hace que toque mejor a Bartok. Es un prejuicio que odio. Entiendo a Abbado cuando, harto de que le pidieran piezas de su pa¨ªs, dijo: 'Soy m¨¢s europeo que italiano'. Es un prejuicio que hay que liquidar, crec¨ª con Bartok y he absorbido su mundo des de ni?o pero la m¨²sica no debe tener nacionalidades". El pianista a?ade: "No hay que ser servil ante las exigencias del p¨²blico". Kocsis, de 44 a?os, viaj¨® desde Budapest en tren porque se niega a subir en un avi¨®n. Alto y con el pelo alborotado, una bufanda estampada con el teclado de un piano llam¨® la atenci¨®n de los aficionados que compraban entradas por la ma?ana en el Auditorio Nacional. El pianista ensay¨® unos minutos, pidi¨® que le cambiaran el asiento -"hace ruido", dijo- y ante la llegada de un fot¨®grafo lanz¨® un coqueto: "Pero si soy muy feo".Sobre el programa de Madrid (hoy actuar¨¢ en el teatro Campoamor de Oviedo) se?al¨® que, aunque en un principio iba a tocar el Libro I de los Preludios, finalmente se decidi¨® por el II. "Me interesa m¨¢s el segundo libro. El primero es demasiado t¨ªpico, es un maravilloso y precioso paisaje, es Suiza; pero el segundo es como Transilvania, es el mismo paisaje pero menos civilizado, mucho menos civilizado".
Para Kocsis, el compromiso de un artista hoy est¨¢ en ser ¨¦l su propia marca de garant¨ªa. "La industria discogr¨¢fica ha destruido los l¨ªmites, todo el mundo puede grabar.. Si vas a una tienda de discos encuentras decenas de estanter¨ªas de Beethoven y entonces, ?cu¨¢l compras? La cantidad se ha comido a la calidad. Los artistas responsables debemos cuidar qu¨¦ grabamos y c¨®mo lo grabamos. S¨®lo nos queda un arma, la marca de nuestra personalidad. Quiz¨¢ grabe poco pero al menos de mis manos nunca saldr¨¢ una mala producci¨®n".
El pianista asegura que, aunque deja un sitio a la improvisaci¨®n, antes de actuar ya sabe qu¨¦ va a ocurrir. "El concepto es muy importante para m¨ª, antes del concierto ya s¨¦ lo que quiero. La verdadera libertad musical s¨®lo se puede sentir entre barreras, y para m¨ª las barreras son evitar ciertos excesos. Glenn Gould toc¨® todo de una forma extrema, y me gusta Gould y lo considero b¨¢sico para el siglo XX, pero creo que hoy no hay lugar para esos extremos, son una salida f¨¢cil. Hoy, esquivar el exceso, controlarlo, es la forma de arte que me interesa".
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