La revuelta de Nochebuena obliga a Portugal a una dr¨¢stica reforma policial
El Gobierno portugu¨¦s ha emprendido una profunda y dr¨¢stica reforma de la Polic¨ªa de Seguridad P¨²blica (PSP) despu¨¦s de que la mayor¨ªa de sus agentes, con su comandante general a la cabeza, desafiaran la pasada Nochebuena al poder pol¨ªtico y judicial lusos. La protesta de los polic¨ªas por la detenci¨®n de un agente acusado de homicidio -entregaron sus pistolas en todas las comisar¨ªas del pa¨ªs y patrullaron las calles sin armas- ha provocado una contundente reacci¨®n del Ejecutivo: cese fulminante de su comandante general, desmilitarizaci¨®n del cuerpo, modernizaci¨®n de sus efectivos y adaptaci¨®n a un modelo policial moderno.
La protesta policial de Nochebuena, considerada ilegal en medios jur¨ªdicos, agot¨® la paciencia de los gobernantes portugueses, que en los dos ¨²ltimos meses del pasado a?o se tragaron en silencio la muerte en extra?as circunstancias de cuatro j¨®venes a manos de agentes de la PSP (v¨¦ase EL PA?S de 22 y 26 de diciembre). Las denuncias de Aminist¨ªa Internacional sobre los frecuentes abusos de las fuerzas de seguridad y la gravedad de los ¨²ltimos casos, incluida la protesta navide?a, han colmado la tolerancia del Gobierno, que ha iniciado el a?o con medidas en¨¦rgicas para renovar el mencionado cuerpo de seguridad.El primer ministro portugu¨¦s, Antonio Guterres, ha reconocido que "la mentalidad autoritaria heredada de patrones anteriores va a ser combatida con gran determinaci¨®n". "Por ello", continu¨® Guterres, "vamos a transformar la polic¨ªa, cuya organizaci¨®n, en lo esencial, no es muy diferente de la que ten¨ªamos antes del 25 de abril [inicio de la revoluci¨®n de los claveles], en una polic¨ªa verdaderamente adaptada a un Estado europeo y moderno".
El primer ministro admite que "la disciplina en el interior de la PSP fue gravemente violada, concretamente con el episodio inaceptable de la entrega de las armas", hecho que, seg¨²n afirma, "no puede volver a repetirse en ninguna circunstancia".
El Gobierno portugu¨¦s ha encomendado al nuevo comandante general de la PSP, el superintendente Mario Gon?alves Amaro, de 56 a?os, la conducci¨®n de la nueva reforma, que debe llevar a la desmilitarizaci¨®n absoluta de este cuerpo civil pero con estatuto y mandos militares. Gon?alves Amaro, que dej¨® el ej¨¦rcito en 1988, es considerado en medios gubernamentales como el hombre id¨®neo para dirigir sin sobresaltos este proceso, que, de entrada, sustituir¨¢ a todos los responsables militares de zona por jefes que abandonaron el ej¨¦rcito o son civiles.
Asimismo, el Gobierno iniciar¨¢ una nueva fase de formaci¨®n de polic¨ªas que se complementar¨¢ con importantes inversiones en equipamiento, veh¨ªculos e instalaciones, que, seg¨²n fuentes gubernamentales, estaban completamente desfasados. A juicio de Guterres, la remodelaci¨®n de la PSP deber¨¢ completarse con un esfuerzo general para la adaptaci¨®n de "todas las polic¨ªas portuguesas a la l¨®gica actual de un cuerpo policial europeo".
El ministro de Administraci¨®n Interna, Alberto Costa, reconoce tambi¨¦n que "todos los procesos de reforma siempre llevan consigo resistencias y dificultades", pero conf¨ªa en que el desaf¨ªo de la modernizaci¨®n policial pueda llevarse a cabo.
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