Un "derby" aparente
El Madrid impuso su mayor peso ante el Estudiantes con un marcador enga?oso
Madrid y Estudiantes aparentaron un derby. No enga?aron a nadie: falt¨® ruido y la ortodoxia sustituy¨® a la pasi¨®n. Abund¨® el sentido com¨²n. Y el resultado fue fiel reflejo de todo ello: dos puntos de diferencia y victoria del m¨¢s poderoso. No es que el Madrid jugara mejor. Sencillamente, ambos decidieron ponerse en una b¨¢scula. Y el Madrid, claro est¨¢, pesa m¨¢s.El Estudiantes ha aprendido a perder con dignidad. Lo hizo ayer, para m¨¢s se?as: fue una derrota higi¨¦nica. Antes se resist¨ªa a perder. Era otra cosa.
Elegido al azar cualquiera de los 40 minutos de juego, la percepci¨®n de lo que pod¨ªa suceder permaneci¨® inalterable: el Madrid ganar¨ªa y el Estudiantes sumar¨ªa una derrota. El choque respet¨® un gui¨®n fijo, posiblemente resultado de la normalizaci¨®n del Estudiantes y la mediocridad del Real Madrid. El partido result¨® ortodoxo hasta el aburrimiento: transcurri¨® con ventajas m¨ªnimas, fue pasando de mano en mano y apunt¨® a un final tan ajustado como falto de emotividad. Interpretado como derby fue toda una decepci¨®n.
El Estudiantes es ahora un equipo ortodoxo. Se aplica en defensa y busca con sentido com¨²n soluciones en el ataque. En conjunto es un equipo sin aristas, tan bien armado como poco ruidoso. Y el Estudiantes sin hacer ruido no es el verdadero Estudiantes.
Ayer hizo un ejercicio impecable. Domin¨® durante los primeros minutos, mostr¨® una defensa muy oxigenada, practic¨® alg¨²n que otro contraataque y situ¨® el marcador en condiciones de igualdad. No se le pod¨ªa exigir mucho m¨¢s ante un equipo que le superaba en rebote, en talento y en tiro exterior. Frente a Estudiantes el Madrid fue tirando de sus muchas figuras. No le import¨® que Herreros llegara al descanso con s¨®lo dos tiros en su haber porque para eso estaba Bodiroga (marc¨® 10 tantos de los primeros 14 del Madrid) o Arlauckas (10 en la primera parte). El empate a 40 del descanso no reflejaba lo que pod¨ªa leerse en el partido: el Madrid no se sent¨ªa especialmente incomodado.
La segunda parte no cambi¨® el panorama. El Madrid modificaba su quinteto sin que se supiese muy bien con qu¨¦ argumentos y el Estudiantes trataba de sobrevivir sujeto al marcador. Algunos datos evidenciaban el potencial madridista: Mijailov hab¨ªa estado sentado toda la primera mitad para sumar 12 tantos en la reanudaci¨®n.
Llegado el momento, Bodiroga hizo una jugada a lo grande y Herreros puso algo m¨¢s de su parte (es decir, tres triples). El derby casi salta hecho pedazos (68-58). Cierto es que el Estudiantes, -a base de trabajo, consigui¨® que no se rompiera la cuerda. Cierto es tambi¨¦n que el Madrid sigui¨® jugando no se sabe a qu¨¦, mientras sumaba tantos a impulsos de Herreros, Bodiroga, Arlauckas o Mijailov (sumaron 46 de los 49 tantos de la segunda parte). Pero cierto es, sobre todo, que nadie se crey¨® lo que estaba pasando. En verdad que nadie dud¨® de la victoria del Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.