Crecer en el odio
Tras el ¨²ltimo atentado del 8 de enero, una vez que la lluvia y la nieve han borrado la sangre del asfalto, cuando han desaparecido de los peri¨®dicos los comentarios, las fotograf¨ªas del asesinato, quedan en una casa la mujer y los dos hijos del muerto. Una vez ya marchitas las flores, los hijos -de apenas diez a?os- tendr¨¢n que volver a jugar con sus juguetes, que seguro les trajeron los Reyes Magos; volver¨¢n al colegio y a la vida. Y d¨ªa a d¨ªa tendr¨¢n que crecer.Este es, probablemente, el mayor crimen cometido por ETA: obligar a crecer en el odio y la amargura a dos ni?os inocentes, haberles destapado la muerte en, plena infancia y hab¨¦rsela arrojado a la cara.
?Qu¨¦ pensar¨¢n ahora esos dos ni?os, c¨®mo podr¨¢n vivir sin recordar cada d¨ªa el crimen, la ausencia de su padre, que ha muerto por nada, por el hecho de ser, de existir, que ha muerto s¨®lo por el odio engendrado, odio con el que tendr¨¢n que convivir ahora sus hijos?
?Y de qu¨¦ otro modo crecer¨¢n los propios hijos, los familiares de los terroristas, sino en el rencor? En aquel que ellos mismos jalean y acrecientan continuamente, porque su vida se nutre de ¨¦ste, y as¨ª pretenden transmitirlo generaci¨®n tras generaci¨®n.
Porque el odio es algo aprendido, en el colegio, en la calle, en la familia, en la vida misma se va transmitiendo. Es lo m¨¢s grave del terrorismo, lo m¨¢s inmoral, su propia perpetuaci¨®n a trav¨¦s de un odio impuesto 1 obligado.
As¨ª se fuerza a odiar a la juventud, a que arroje piedras, a que queme polic¨ªas, a que dilapide su propio futuro en pos del propio odio y la violencia. Sin m¨¢s fin ni m¨¢s principio que a ella misma; el resentimiento tambi¨¦n mata a las personas y a las sociedades. Si, desde la infancia, un ni?o ya es forzado al resquemor, al odio (como el nacionalismo suele hacer desde el colegio, creando ambientes asfixiantes y sociedades cerradas), entonces las esperanzas en el futuro ser¨¢n escasas, in¨²tiles, porque la violencia tender¨¢ a perdurar sobre s¨ª misma. Por ello, a los ni?os hay que ense?arles lo fundamental: el que la vida s¨®lo es posible desde la tolerancia.-
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