?Para qu¨¦ privatizar?
Los Gobiernos de todo el mundo han visto en las privatizaciones un instrumento necesario para sanear las finanzas p¨²blicas, aumentar la eficiencia del aparato productivo, extender la propiedad de las empresas a un mayor n¨²mero de ciudadanos y limitar el poder del Estado sobre la econom¨ªa. La privatizaci¨®n es, por tanto, una reacci¨®n a la tendencia estatalista iniciada despu¨¦s de la II Guerra Mundial. Los Estados han engordado mucho y los porcentajes de gasto p¨²blico sobre el PIB no se han reducido significativamente en casi ning¨²n pa¨ªs del mundo (Nueva Zelanda o Chile son excepciones, por ejemplo).En una ocasi¨®n le preguntaron a Felipe Gonz¨¢lez, entonces presidente del Gobierno, su opini¨®n respecto de las empresas p¨²blicas. Su respuesta fue: "Son como tener un elefante en el patio de una casa". A pesar de representar a un partido socialista, bajo su Gobierno se realizaron, sin un plan expl¨ªcito y sin objetivos concretos, 77 privatizaciones. El Gobierno socialista decidi¨® desprenderse de ciertas participaciones en empresas p¨²blicas m¨¢s con el fin de "hacer caja" que en b¨²squeda de una mayor eficiencia productiva.
En cambio, las nuevas privatizaciones que se han puesto en marcha por el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, parecen parte de un programa pol¨ªtico m¨¢s homog¨¦neo que pretende la modernizaci¨®n de la econom¨ªa. Los grupos pol¨ªticos de izquierda y sindicatos que aceptaron las privatizaciones bajo Felipe Gonz¨¢lez, por emanar de un gobernante del mismo partido, ahora se oponen a las privatizaciones anunciadas.
La privatizaci¨®n no es una tendencia neoliberal, sino una pol¨ªtica econ¨®mica necesaria para fortalecer al Estado al reorientar sus actividades hacia el bien com¨²n. El bien com¨²n consiste fundamentalmente en crear las condiciones de paz, justicia y libertad para que cada uno de los miembros de la sociedad realice sus aspiraciones personales.
Las empresas estatales desv¨ªan valiosos recursos que han impedido en casi todo el mundo, tanto en los llamados pa¨ªses capitalistas como en los antiguos pa¨ªses socialistas, que el Estado cumpla con sus verdaderos y naturales objetivos. En este sentido, el Gobierno de Espa?a no ve m¨¢s soluciones: o se sanean las empresas p¨²blicas para su posterior privatizaci¨®n (o continuidad en manos p¨²blicas) o se cierran. Por muy duro que parezca.
La econom¨ªa actual no est¨¢ para que los Presupuestos Generales del Estado sigan soportando, a?o tras a?o, la carga de unas p¨¦rdidas cuyo final nadie se atreve a pronosticar y que no hacen otra cosa que desmotivar la gesti¨®n al amparo del subsidio.
Para velar por la transparencia, concurrencia y publicidad de las privatizaciones el Gobierno ha creado un Consejo Consultivo de Privatizaciones, compuesto por nueve catedr¨¢ticos de universidad independientes (no afiliadas a ning¨²n partido pol¨ªtico con excepci¨®n del presidente).
Las ventas de empresas estatales durante la presidencia de Felipe Gonz¨¢lez no fueron muy transparentes. De ah¨ª que lo verdaderamente novedoso de la pol¨ªtica privatizadora del Gobierno de Aznar es la transparencia con que se est¨¢ desarrollando el proceso, y la definici¨®n de un plan concreto y expl¨ªcito en el que enmarcar las sucesivas ventas de empresas.
De una manera muy resumida y general los objetivos que se est¨¢n intentando conseguir con las privatizaciones son:
1. Desregular la econom¨ªa con el fin de iniciar o incrementar la competencia en determinados sectores (telecomunicaciones, el¨¦ctrico, hidrocarburos, miner¨ªa, etc¨¦tera). De esta forma se intenta conseguir que el mercado estimule la econom¨ªa, permitiendo un mayor crecimiento. Los menores costes provocados por la desregulaci¨®n y por la mayor competencia incrementar¨¢n la productividad y la eficacia de las actividades empresariales, mejorar¨¢n la calidad y diversificar¨¢n la oferta de los bienes y servicios. Por tanto, las privatizaciones pueden generar fuertes incrementos de la producci¨®n y de la productividad en los sectores y empresas p¨²blicas monopolizadas por el Estado, introduciendo incentivos para invertir y producir m¨¢s y mejor como consecuencia de la competencia. Ello va a suponer una mejora para los consumidores, que podr¨¢n disfrutar de m¨¢s y mejores bienes y servicios.
2. Reducir las distorsiones econ¨®micas provocadas por las interferencias pol¨ªticas en el sector p¨²blico empresarial. Se trata, en definitiva, de evitar la politizaci¨®n de nombramientos de presidentes, consejeros y directivos de las empresas p¨²blicas. De esta forma se eliminan las distorsiones provocadas por la politizaci¨®n en la gesti¨®n empresarial.
3. Reducir deuda p¨²blica. La Comisi¨®n Europea mantiene la postura de que ning¨²n ingreso por privatizaciones debe ser computable para disminuir el d¨¦ficit p¨²blico. Para ello se apoya en la l¨®gica econ¨®mica de la contabilidad. La venta de un activo (privatizaci¨®n de una empresa p¨²blica) debe ir, en ortodoxia contable, a reducir pasivos (deuda p¨²blica) y no a aumentar los ingresos corrientes. Adem¨¢s el cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit p¨²blico en 1997 si no est¨¢ basado en una reducci¨®n del d¨¦ficit estructural entra?a el evidente peligro de que en 1998 el d¨¦ficit vuelva a crecer. Privatizar para reducir deuda p¨²blica s¨®lo tiene sentido si el ingreso obtenido por el Estado por la venta de la empresa es igual (o mayor) que el valor de sus flujos de caja futuros actualizados. Y, en principio, los compradores s¨®lo estar¨¢n dispuestos a pagar ese precio si esperan que el cambio de propiedad se traduzca en una gesti¨®n m¨¢s eficiente de la empresa. Evidentemente, no se trata de privatizar para hacer caja, sino de modernizar el tejido productivo y mejorar la eficiencia empresarial.
4. Las privatizaciones no s¨®lo contribuyen a reducir parte de la deuda p¨²blica, sino que tambi¨¦n reducen el d¨¦ficit p¨²blico al quedar eliminados los d¨¦ficit operativos (subvenciones) que las empresas p¨²blicas con p¨¦rdidas suponen para las arcas del Estado. Si adem¨¢s, y tal como se ha demostrado, las empresas una vez privatizadas realizan una mejor gesti¨®n empresarial se podr¨¢n cobrar mayores impuestos por los beneficios mayores que generan.
En 1979, en el Reino Unido, los pr¨¦stamos y p¨¦rdidas de las compa?¨ªas del Estado eran de 3.000 millones de libras al a?o. En cambio entre 1989 y 1990, las compa?¨ªas privatizadas por el Gobierno de Thatcher engordaron las arcas del Estado en unos 2.000 millones. Evidentemente, habr¨ªa que restar el gasto p¨²blico generado por los subsidios de paro provocado por el ajuste de plantilla que en algunas ocasiones acompa?an a las privatizaciones. Sin embargo, el Reino Unido tiene una de las tasas de paro m¨¢s bajas de Europa.
5. Desarrollar los mercados de capitales nacionales. En el caso de Espa?a con una Bolsa relativamente estrecha las privatizaciones podr¨ªan aumentar la capitalizaci¨®n burs¨¢til. Si relacionamos la capitalizaci¨®n burs¨¢til con el PIB observamos que Espa?a tiene un ratio bajo un 30%, frente a un 130% del Reino Unido, 90% de Holanda y Suecia o un 40% de Francia, Dinamarca o B¨¦lgica.
6. Por ¨²ltimo, las privatizaciones pueden permitir extender el universo de poblaci¨®n propietaria de acciones (capitalismo popular) y aumentar la participaci¨®n de los empleados en la propiedad de la empresa.
Los analistas del Banco Mundial han realizado un estudio de rentabilidad de empresas privatizadas en cuatro pa¨ªses. En este estudio se comparan los resultados posteriores a la privatizaci¨®n, con los resultados estimados de las empresas si ¨¦stas no hubiesen sido privatizadas, reajustando los resultados para no tener en cuenta factores externos tales como la mejora general de las condiciones econ¨®micas. El conjunto de las empresas presenta un aumento del 26% de su volumen de negocio con respecto al a?o anterior a la privatizaci¨®n. Algunos de los factores m¨¢s destacados que explican este incremento son la pol¨ªtica m¨¢s agresiva de inversi¨®n de la entidad privatizada y la mejora de la productividad. Para el caso de Espa?a la evoluci¨®n, en los ¨²ltimos a?os, de las cotizaciones de las empresas privatizadas mediante oferta p¨²blica de venta permite, en general y en comparaci¨®n con otros pa¨ªses, hablar de un ¨¦xito considerable.
Un estudio internacional realizado por el profesor Raymond Vernon (Universidad de Harvard) pone de manifiesto que all¨ª donde se privatiz¨® hace tiempo y hay historia posprivatizadora, los resultados son excelentes (si bien, no todas las privatizaciones han tenido ¨¦xito). Sin embargo y a pesar de estos resultados tan positivos, otros estudios realizados apuntan a que las mejoras en eficiencia no dependen, en gran parte, del tipo de propiedad (p¨²blica o privada), sino, m¨¢s bien, de otros factores ligados a las privatizaciones, como la existencia de competencia para la empresa, la adopci¨®n de mejoras t¨¦cnicas de gesti¨®n y de una estructura organizativa que permita a la empresa desenvolverse en un marco jur¨ªdico, laboral y financiero id¨¦ntico al de las empresas privadas y, por tanto, sin intervenciones pol¨ªticas a la hora de tomar decisiones.
Los efectos sobre la situaci¨®n financiera del Estado son complejos de evaluar. Una privatizaci¨®n no consiste s¨®lo en un programa pol¨ªtico y econ¨®mico, sino que, tambi¨¦n, supone una transacci¨®n financiera. La cantidad de dinero transferida, aunque sustancial en t¨¦rminos absolutos, suele ser relativamente peque?a en comparaci¨®n con las cifras que manejan los presupuestos estatales, y las ventajas para los Gobiernos son a largo plazo. Los efectos sociales de las privatizaciones pueden ser directos, como la participaci¨®n de los trabajadores en el capital de la empresa o la creaci¨®n de empleo duradero a largo plazo, o indirectos, como la mejora de algunos servicios estatales mediante el ahorro en las cargas al presupuesto nacional de servicios privatizados.
La globalizaci¨®n de los mercados y la mundializaci¨®n de la econom¨ªa hace que la sustracci¨®n de la actividad empresarial a las leyes del mercado tenga efectos m¨¢s graves y negativos que en el pasado. S¨®lo desde esa ¨®ptica es posible el logro de la racionalizaci¨®n, la eficiencia y la modernizaci¨®n, reconvirtiendo todo lo dr¨¢sticamente que sea necesario la actividad productiva del sector p¨²blico y privatizando todo lo que no tiene ning¨²n fundamento para permanecer en el ¨¢mbito p¨²blico.
El sector p¨²blico no tiene porqu¨¦ fabricar aluminio ni pasta de papel ni buques ni generar energ¨ªa. Es poco defendible que el Estado se dedique a esas actividades industriales, y privatizarlas es l¨®gico. Eso s¨ª, hay que hacerlo bien, con el ritmo y las t¨¦cnicas correctas, y a precios adecuados.
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