Argentina despide a su gran escritor nocturno
La muerte del cronista Osvaldo Soriano conmociona a sus lectores y amigos
El c¨¢ncer que le machacaba los pulmones de fumador empedernido desde hace m¨¢s de tres meses acab¨® con la vida de Osvaldo Soriano, de 54 a?os, el pasado mi¨¦rcoles por la tarde, aproximadamente a la hora en que el periodista y escritor nocturno m¨¢s popular de Argentina sol¨ªa despertar cada d¨ªa para trabajar hasta el amanecer. Ayer, en Buenos Aires, periodistas, intelectuales, pol¨ªticos y artistas lamentaron la noticia de su muerte.
Escrib¨ªa acompa?ado de dos gatos, a los que consideraba sus asesores literarios: "Cuando ellos se sientan sobre los folios ya impresos yo s¨¦ que ese texto tiene valor", aseguraba.Los gatos, la publicaci¨®n de sus libros en la ¨²ltima semana de noviembre, no antes ni despu¨¦s, eran parte de sus c¨¢balas. El cine, el f¨²tbol, el tango, la vida errante de su familia siguiendo los pasos del padre, las novelas negras, el periodismo en Buenos Aires, el exilio voluntario en Europa cuando despuntaba la "guerra sucia" -que desat¨® la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina)- y la dictadura militar fueron la pasta b¨¢sica para mostrar, con fin¨ªsima iron¨ªa, en cr¨®nicas y novelas los fracasos de la sociedad argentina.
Como periodista se destac¨® en publicaciones m¨ªticas de los a?os sesenta y setenta, como la revista Primera plana y el diario La opini¨®n. Su especialidad eran las historias de vida, cr¨®nicas extensas que se publicaban en los suplementos y donde ¨¦l pod¨ªa ensayar su estilo literario. A?os m¨¢s tarde colaborar¨ªa en Le Monde, Il Manifiesto, EL PA?S y, ya de regreso en Buenos Aires, contribuir¨ªa a fundar la revista El Periodista y el diario P¨¢gina 12. El ¨¦xito de su primera novela, Triste, solitario y final, fue decisivo para que el narrador se dedicara al oficio de escribir y el periodista se redujera a la publicaci¨®n de art¨ªculos semanales.
Despu¨¦s. de rendir homenaje a la novela negra, Soriano inici¨® su ciclo de historias argentinas con No habr¨¢ m¨¢s penas y olvido. Su obra sigui¨® con Cuarteles de invierno, A sus plantas rendido un le¨®n, El ojo de la patria y La hora sin sombra. Con todas consigui¨® liderar la lista de libros m¨¢s vendidos. En las capillas literarias nunca se le perdon¨® que fuera tan popular y ¨¦l no ocultaba su resentimiento contra quienes le ignoraban. Ahora su muerte parece doler a todos por igual.
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