El Rayo sigue de mal a?o
La goleada del Valladolid pone a Paquito contra las cuerdas
, El Rayo se llev¨® otro saco de goles en Valladolid. En s¨®lo dos partidos ha encajado 10 goles y ha entrado en una depresi¨®n que poco a poco le acerca a los puestos de descenso. 1997 no es su a?o: ha perdido todo lo que ha jugado y no, ha marcado ni un gol. El equipo de Paquito, a quien la sombra del despido empieza a presionar, salt¨® al campo con la zozobra en la sangre. Su tensi¨®n inicial se transform¨® en histeria con el primer gol del Valladolid. El de Cantatore s¨®lo necesit¨® deletrear su f¨²tbol y cumplir a rajatabla el m¨¦todo que rige su juego. Sin prisas, con pausas, asegurando su defensa, templando el comienzo del encuentro y poniendo velocidad en unas cuantas jugadas, el Valladolid se llev¨® por delante al Rayo.Atado el dominio del partido y cosido el bal¨®n a la bota de Edu, el Valladolid se hizo muy pronto con la victoria a los puntos. Noquear al contrario requer¨ªa un trabajo extra.
El Rayo hab¨ªa entrado en el campo con la memoria ocupada en el empate ante el Extremadura en Copa y la goleada del Camp Nou. La resurrecci¨®n buscada en Valladolid se convirti¨® en la primera parte en esperpento. Mientras Paquito pon¨ªa en pr¨¢ctica una defensa eficaz por amontonamiento, la banda izquierda era un chollo para el Valladolid. Si buscaba la velocidad de sus puntas como ¨²nica soluci¨®n ofensiva, el ego¨ªsmo de Klimowizc arruinaba el enorme esfuerzo de llegar hasta la porter¨ªa contraria.
Pero el Valladolid es un equipo con m¨¦todo. Su mente permanece fr¨ªa en cualquier situaci¨®n y de ah¨ª nace su ventaja. Ayer el partido estaba seco, el Rayo, desarmado y el Valladolid segu¨ªa a lo suyo. Cuando lo ten¨ªa todo a favor, encontr¨® la fertilidad de su contraataque y dio todo un recital. V¨ªctor y Ra¨²l se ocuparon de quebrar la solidez inicial de la defensa vallecana con dos pases magistrales. El partido no hab¨ªa tenido ritmo hasta ese momento, pero el Valladolid s¨ª tuvo arrancada y pegada.
Paquito no vari¨® sus esquemas ni cuando la ventaja se fue, mediada la segunda parte, a los tres goles. Mantuvo la inoperancia de Klimowicz en la delantera y s¨®lo dio entrada a Radchenko cuando el partido estaba casi concluido, pero curiosamente mantuvo una defensa de cinco hombres que no pudo evitar que en cada uno de los goles los jugadores del Valladolid se quedasen sin m¨¢s oposici¨®n que la de Contreras. Moment¨¢neamente el Rayo recuper¨® el tono, pero la reacci¨®n le dur¨® tanto como el tiempo que el Valladolid tard¨® en volver a marcar. Con el rival hundido, el equipo de Cantatore disfrut¨® de su f¨²tbol, retom¨® su condici¨®n de equipo revelaci¨®n y reparti¨® jugadas de ataque para todos los gustos.
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