La piel del leopardo
"Las comunidades culturales est¨¢n reemplazando a los bloques de la guerra fr¨ªa, y las fallas entre las civilizaciones se est¨¢n convirtiendo en las l¨ªneas centrales de conflicto en la pol¨ªtica global". La sencilla e impactante tesis sobre el choque de las civilizaciones, actualizaci¨®n de otras m¨¢s antiguas, que el profesor de Harvard Samuel Huntington adelant¨® en su art¨ªculo en 1993, regresa ahora con m¨¢s crudeza en el libro que acaba de publicar en Estados Unidos y que ampl¨ªa su idea original. Sin embargo, del t¨ªtulo (The clash of civilizations and the remaking of world order) han desapercido las interrogaciones, reemplazado por otras aserciones, algunas de ellas preocupantes.El anteriormente experto en temas de seguridad traslada al nuevo orden mundial que busca entre los escombros de la guerra fr¨ªa el esquema de las relaciones entre Estados y habla as¨ª de equilibrio de poderes entre las civilizaciones, de "estados n¨²cleos" en su seno y de un principio de no injerencia entre ellas y de mediaci¨®n por parte de sus pa¨ªses m¨¢s importantes en caso de conflictos internos a estos extra?os conjuntos que Huntington colecciona con algo de ligereza.Sin duda, Huntington puso su dedo en algo importante en su art¨ªculo inicial. Pero, en el libro, el mundo que nos brinda Hungtington no es tanto el del enfrentamiento de culturas y religiones que hemos vivido en las guerras yugoslavas cuanto el de soluciones basadas en las separaciones entre partes, ya sea en Bosnia, Zaire, Oriente Pr¨®ximo o en otras tierras, y que va convirtiendo al mundo en una piel tan moteada como la del leopardo. A este respecto, no carece de raz¨®n Edward Said al observar una "entidad palestina" cuyo territorio parece cada vez m¨¢s leopardino, rememorando, antes que el derecho a un Estado, un apartheid o unas reservas indias que cre¨ªamos desaparecidas. Es la paz de la separaci¨®n frente a la paz de la coexistencia, por no decir de la convivencia.
Huntington hace expl¨ªcita una idea que se escond¨ªa en sus exposiciones iniciales. No s¨®lo no quiere que el mundo sea como EE UU -abandonando toda pretensi¨®n "falsa, inmoral y peligrosa" de que Occidente, cuya unidad civilizacional no cuestiona, intente imponer su modelo al mundo-, sino que no quiere que EE UU sea como el mundo, es decir, multicultural (que ya no melting pot). Por ello critica con dureza a los "monuculturalistas globales que quieren hacer el mundo como Am¨¦rica, y a los multiculturalistas de casa que quieren hacer Am¨¦rica como el mundo".
Y ah¨ª est¨¢ la inmoralidad, incluso el peligro central de su tesis. Pues, adem¨¢s de en zonas fronterizas de contacto entre culturas o civilizaciones, donde m¨¢s fricciones o choques se pueden producir es en el interior del propio Occidente, y en lo que nos toca m¨¢s de cerca, de Europa, convertida en tierra de inmigraci¨®n y ya no de emigraci¨®n. De ah¨ª la imperiosa necesidad de que, junto a un control sensato de estos flujos migratorios, surja un nuevo. esp¨ªritu de tolerancia cultural. No para que Europa se haga musulmana, sino para que los musulmanes y las musulmanas -con o sin pa?uelo- que se encuentren en Europa puedan vivir en estas tierras con tranquilidad. Pues ello permitir¨¢ no s¨®lo la paz y la convivencia interna en Europa, sino una relaci¨®n sensata con unos vecinos algo movidos. Por eso cobra especial relevancia la propuesta de Umberto Eco en el primer Congreso del Plan III Milenio de una ense?anza de todas las culturas en las escuelas. M¨¢s a¨²n cuando Europa, contrariamente al Estados Unidos de Huntington, entra en ese milenio en p¨¦rdida de preeminencia.
Ahora bien, quiz¨¢s m¨¢s importante a¨²n que las posibles diferencias entre civilizaciones es la doble tensi¨®n que se sit¨²a en su trasfondo, al revolver las esencias de la vida en comunidad, el tribalismo frente a la globalizaci¨®n, lo que Lionel Barber ha acertado en calificar como la Yihad contra el McMundo, y cuya consecuencia, m¨¢s que enfrentar civilizaciones, es separar a los excluidos de los integrados, en cada sociedad y entre las sociedades; el agua del aceite. Otra forma de mundo moteado. Otra forma de leopardo.
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