Contar la verdad, una regla de oro

, Contar la verdad debe ser la regla de oro de los abuelos que tienen nietos a su cargo. Si el padre est¨¢ en paradero desconocido, no tiene sentido decirle al ni?o que est¨¢ muerto. Pero enfrentarse a la catarata de cuestiones que atormentan a sus nietos requiere haber reflexionado sobre ellas es uno de los cometidos de los educadores de familia: abordar las preguntas que los ni?os formulan para darles respuesta."Mi nieta no me pregunta por qu¨¦ no vive con su madre, yo creo que ya lo sabe, ya que recuerda que se largaba de casa dej¨¢ndolas solas a ella y a su hermana", explica Ana (nombre ficticio), una abuela que cuida de su hijo toxic¨®mano y de su nieta de 12 a?os.

"Pero es incre¨ªble lo que tira una madre, porque, cada vez que la llama, mi nieta se pone nerviosita perdida, y si no viene a verla, la ni?a sale del ba?o con cara de llorar; eso s¨ª, nunca lo reconocer¨¢", a?ade esta mujer. "Me parece normal porque una madre es lo m¨¢s grande que hay, aunque, a veces, al ver lo que la trastorna, nos da por pensar que ser¨ªa mejor que no estuviese con ella", concluye.

Antonia a su nieta siempre le ha contado todo. "Ella sabe c¨®mo comunicarse con su madre en la prisi¨®n y tiene el tel¨¦fono de su padre, aunque ¨¦l nunca se ha responsabilizado de ella hasta ahora que es mayor. No quiero que se entere de las cosas en la calle; en una discusi¨®n que tuvo en clase la otra ni?a le ech¨® en cara que su madre est¨¢ en prisi¨®n", afirma."Quiz¨¢ les damos y permitimos demasiado porque pensamos, pobrecitos, que echan de menos a sus padres", reflexiona otra de estas abuelas, a las que su nuevo, cometido ha provocado inseguridades de madre primeriza.