En tiempos de la 'malaria'

, La malaria, nombre que en muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina se emplea para definir las situaciones de crisis econ¨®mica, ha atacado este a?o a la Berlinale. Afectada por los recortes presupuestarios alemanes, la organizaci¨®n del festival de cine cobra 50 marcos (4.200 pesetas) a los periodistas por la acreditaci¨®n; se han suprimido las traducciones al ruso y el espa?ol, que deben considerar lengua de segunda categor¨ªa, y los ases del c¨®ctel lo tienen muy mal, porque esos jolgorios han quedado anulados. Para completar la faena, la empresa telef¨®nica alemana Telekom ha decidido esquilmar a sus clientes en el centro de prensa con una subida de precios del 80%.

Los europeos le echan la culpa a Maastricht, pero los latino americanos que acuden a Berl¨ªn saben que esto no es otra cosa que la malaria.

En un papel, rosa por supuesto, la Berlinale constata poco menos que la quiebra de la econom¨ªa alemana: "Como usted sin duda conoce a trav¨¦s de los despachos de agencia, la econom¨ªa alemana atraviesa una fase dif¨ªcil. El Estado afronta un d¨¦ficit que supera todas las marcas. Esto tambi¨¦n afecta a nuestro festival". A continuaci¨®n, se comunica el cobro por acreditaci¨®n, que s¨®lo habr¨¢ traducciones al ingl¨¦s y franc¨¦s y la anulaci¨®n de todas las recepciones.

M¨¢s pecado tiene lo de Telekom. En el contrato para usar los tel¨¦fonos se tach¨® el precio anterior por cada salto, 0,20 marcos (17 pesetas), y aparece, escrito a bol¨ªgrafo, el nuevo de 0,36 marcos (30,35 pesetas). Nada m¨¢s que un 80% de subida. No deja de tener cierta gracia perversa que hace cinco d¨ªas, en la cumbre de ministros de Hacienda del grupo de los siete pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo en Berl¨ªn, el precio era de 0,20 marcos. No cabe duda de que Telekom se preocupa por fomentar la cultura con el castigo al cine.