Servicios secretos occidentales implican al Gobierno alban¨¦s en narcotr¨¢fico y contrabando
Hay pruebas recogidas por agentes de los servicios secretos occidentales que muestran la cooperaci¨®n del Gobierno alban¨¦s en actividades delictivas, pero los centros de poder europeos que reciben estos informes han decidido hacer la vista gorda. Se cree que la venta de drogas, armas y tabaco de contrabando la controla la empresa Shquiponja, dirigida de forma abierta por el gobernante Partido Democr¨¢tico alban¨¦s del presidente Sal¨ª Berisha. Disuelta te¨®ricamente en enero de 1996, sus actividades siguen en pie, seg¨²n fuentes de los servicios secretos.
, Los jefes del narcotr¨¢fico de Kosovo, la, regi¨®n serbia de mayor¨ªa albanesa, operan en Albania con impunidad. Incluso se cree que buena parte del transporte de hero¨ªna y otras drogas por Albania, desde Macedonia y Grecia hacia Italia, est¨¢ organizado por el Shik, la polic¨ªa estatal de seguridad. Para colmo, seg¨²n confirma el fiscal italiano antimafia, Albania se ha convertido en productor de marihuana y ha empezado a cultivar coca, base de la coca¨ªna.Agron Musaraj, el ministro del Interior hasta las elecciones generales de mayo pasado, fue presionado para dejar su puesto, aseguran fuentes del espionaje, porque Estados Unidos comunic¨® al Gobierno de Tirana que sospechaba que Musaraj dirig¨ªa las operaciones de drogas.
En el transcurso de 1996 han salido a la luz acusaciones abiertas en Albania, consideradas cre¨ªbles por medios del espionaje, seg¨²n las cuales el ministro de Defensa, Safet Zhulali, habr¨ªa utilizado su oficina para facilitar el transporte de armas, petr¨®leo y tabaco de contrabando. Sigue en el cargo.
La firma Vefa, bajo sospecha
Ahora se enfocan las sospechas alrededor de Vefa Holdings, la mayor empresa privada de Albania y tambi¨¦n la m¨¢s importante de las dedicadas a las inversiones piramidales, la mayor¨ªa de las cuales han quebrado despu¨¦s de obtener los ahorros de los ciudadanos albaneses con promesas de grandes intereses mensuales.A Vefa se la identifica con el Gobierno, ya que ha contribuido de forma importante a las campa?as electorales del Partido Democr¨¢tico. Tambi¨¦n se la investiga en Italia por su conexi¨®n con las mafias de Sicilia, Calabria y Puglia. El presidente de Vefa, Vehabi Alimucaj, es un antiguo gerente de abastecimientos del ej¨¦rcito que est¨¢ acusado de enriquecerse con el tr¨¢fico de armas apoyado por los dirigentes pol¨ªticos albaneses.
Occidente se dej¨® deslumbrar por los logros de los primeros dos a?os del Gobierno de Sali Berisha, en los que el pa¨ªs fue rescatado cuando estaba al borde del caos. Los art¨ªculos de consumo inundaron el mercado, la inflaci¨®n se control¨® y la moneda se estabiliz¨®. Se consideraba esencial que Albania se abstuviera de fomentar problemas entre sus comunidades ¨¦tnicas en Kosovo (Serbia) y Macedonia.
Como resultado se hizo la vista gorda sobre el historial de Berisha en su tratamiento de las libertades civiles, la supresi¨®n gradual de la op¨®sici¨®n y de la prensa independiente, las purgas en las instituciones estatales, incluida la judicial, y' la exclusi¨®n de sus correligionarios m¨¢s dotados dentro del Partido Democr¨¢tico. Pocos se molestaron en analizar que casi todos los ingresos proced¨ªan de actividades delictivas o de fuentes artificiales, como la ayuda externa y los env¨ªos de dinero de albaneses que trabajaban en el exterior.
A ra¨ªz de la flagrante manipulaci¨®n de las elecciones legislativas de 1996, Estados Unidos se neg¨® a reconocer el nuevo Parlamento. Tambi¨¦n advirti¨® en privado sobre la implicaci¨®n ministerial en el tr¨¢fico de drogas.
Este cambio en la actitud de Washington no parece haberse notado en Europa. Durante el verano, Italia y Alemania, dos de los aliados m¨¢s estrechos del presidente Safi Berisha, presionaron para que la Uni¨®n Europea preparase un acuerdo especial para Albania con nuevas l¨ªneas de cr¨¦dito. La propuesta fracas¨® porque algunos pa¨ªses europeos se asustaron lo suficientemente con las falsificadas elecciones y empezaron a exigir progreso democr¨¢tico a cambio de m¨¢s ayuda.
Hace dos semanas, uno de los admiradores de Berisha, el presidente de la Asamblea del Consejo de Europa, Leni Fischer, declar¨® su apoyo al Partido Democr¨¢tico y se hizo eco de la ret¨®rica del Gobierno alban¨¦s, seg¨²n la cual los "terroristas rojos" son los que desestabilizan el pa¨ªs.
Joven apaleado
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