El Sevilla gana y Bilardo se consagra en su deb¨²
El t¨¦cnico respondi¨® al empate canario con la sustituci¨®n de su compatriota Almeyda
El sevillismo hab¨ªa perdido la memoria del triunfo. Y Bilardo se la devolvi¨®. Era un derby de la ¨¦poca de Bilardo. Porque a este hombre que representa ya el pasado del Sevilla le han encargado que adecente el inmediato futuro del equipo. Y en aquellos tiempos el Betis hibernaba en Segunda y el duelo local por excelencia, en la distancia, era este Sevilla-Tenerife en el que siempre saltaban chispas dial¨¦cticas entre Bilardo y Valdano; chispas f¨ªsicas entre Simeone y Redondo, los dos ahora reciclados en la Corte.Y al nuevo t¨¦cnico, a la sombra de su anterior etapa sevillista, le resulta excitante jugarle y ganarle al Tenerife. La nostalgia del enemigo. El carisma del argentino tom¨® cuerpo a los ocho minutos. Rafa Paz centr¨®, Marcos dispar¨® t¨ªmidamente y C¨¦sar G¨®mez hizo el resto.
La consigna era apretar por el centro y romper por las bandas, con Jim¨¦nez y Rafa Paz como portadores del mensaje. Ellos son los compatriotas balomp¨¦dicos del entrenador sevillista, mucho m¨¢s que Almeyda. Lleg¨® el gol. La praxis de Bilardo.
En la segunda parte el partido perdi¨® en belleza lo que gan¨® en emoci¨®n. Lo l¨®gico es que pasara lo que pas¨®. Empat¨® el Tenerife. Centr¨® Pinilla. Cabece¨® Felipe. Remach¨® Jokanovic. Y vol¨® la ventaja sevillista. El futuro era otra vez pasado.
Bilardo quit¨® entonces a Almeyda y dio entrada a G¨®mez, un futbolista de la cantera madridista que debut¨® con Jorge Valdano. Y sirvi¨®. El partido se torn¨® agrio, pero gan¨® el Sevilla y se consagr¨® Bilardo. Nuevamente Rafa Paz cedi¨® a Prosinecki, ¨¦ste a Salva que acab¨® el tri¨¢ngulo con gol. Tras el gol moral, el gol real.
El partido termin¨® como terminaban los Sevilla-Tenerife. Con bronca, patadas, tensi¨®n y tarjeta para Bilardo. Un pelda?o m¨¢s en su beatificaci¨®n por el sevillismo. La guinda la puso con la victoria. Y su apellido era coreado por la grada. Del charco llegaba agua bendita.
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