China vive con tranquilidad el primer d¨ªa sin Deng
China inici¨® ayer seis d¨ªas de duelo nacional tras la muerte del patriarca Deng Xiaoping, pero su desaparici¨®n apenas ha supuesto cambio alguno en la vida cotidiana de los 1.200 millones de chinos. La jornada transcurri¨® con tranquilidad, a excepci¨®n de en su ciudad natal, Chongqin, (provincia de Si chuan), donde testigos presenciales relataron momentos de gran emoci¨®n. La bandera roja ondeando a media asta en la plaza de Tiananmen, en Pek¨ªn, era uno de los pocos signos p¨²blicos de dolor por la p¨¦rdida del hombre que introdujo a China en la senda del capitalismo. Las ¨²nicas reacciones oficiales fueron sendas notas del Partido Comunista y del Gobierno en las que llamaban a la unidad en tomo al presidente Jiang Zemin.
Eran las ocho de la ma?ana en Tiananmen. Un cord¨®n policial proteg¨ªa el ¨¢rea que rodea el monumento a los H¨¦roes del Pueblo. A los pies del monolito, miembros de los tres Ej¨¦rcitos depositaban una corona en me moria del l¨ªder fallecido hac¨ªa apenas unas horas. Entre los es pectadores, la mayor¨ªa campesinos reci¨¦n desembarcados de trenes de tercera con su hatillo al hombro, casi despertaba m¨¢s curiosidad la presencia de una c¨¢mara de televisi¨®n que los soldaditos de plomo con sus caras in mutables, descendiendo de dos autobuses militares para formar. Los guardias que pr¨®teg¨ªan la zona hab¨ªan advertido a los mi rones que no deb¨ªan intercambiar palabras con el extranjero que hab¨ªa detr¨¢s del objetivo. "Guats hapen?, guats hapen?" (?qu¨¦ ocurre? ?qu¨¦ ocurre?), preguntaba un chino en un mal ingl¨¦s a unos extranjeros que pasa ban, por all¨ª, tratando de hacer girar sus caras para que pudieran ser retratados por otro compatriota. Los for¨¢neos prefirieron no informar, asustados ante la idea de que les fichara la polic¨ªa. Mientras, oleadas de bicicletas y coches cercaban la plaza, coraz¨®n de la capital china, en plena hora punta. A la mayor¨ªa de esos madrugadores habitantes de Pek¨ªn a¨²n no les hab¨ªa dado tiempo de enterarse de la noticia de la muerte de Deng a trav¨¦s de la radio o televisi¨®n. Tampoco hab¨ªa ninguna se?al que indicara la m¨ªnima anormalidad en el ambiente. S¨®lo al llegar a sus oficinas se enteraron de lo ocurrido, puesto que se hab¨ªa dado orden a las unidades de trabaj¨® de considerar la jornada como otra cual quiera y de que cada uno continuara con sus actividades.
Sin escenas de histeria
El anuncio oficial de la muerte difundido por la agencia Xinhua hablaba del "dolor profundo de todo el partido, de todo el Ej¨¦rcito y del pueblo en sus componentes ¨¦tnicos a trav¨¦s del pa¨ªs". Sin embargo en Pek¨ªn y en las otras grandes ciudades, la vida sigui¨® su Curso, a diferencia de lo que ocurri¨® a la muerte de Mao Ze dong, en 1976, cuando se vivieron escenas de histeria colectiva. Quiz¨¢s lo que m¨¢s haya molestado al chino de a pie sea la cancelaci¨®n de las celebraciones del Festival de las Linternas, coletazo final de las largas vacaciones del a?o nuevo chino que, de acuerdo con el calendario lunar, este a?o comenz¨® el pasado d¨ªa 7. La mayor¨ªa de los estudiantes a¨²n no. se han reincorporado a las clases.En el taxi, el conductor trata ba de buscar en la radio, alg¨²n programa donde dieran algo m¨¢s entretenido que noticias. Cada vez que sintonizaba una emisora con boletines, giraba el dial en busca de m¨²sica o alg¨²n serial., Una hacendosa ayi, mujer dedicada, a la limpieza dom¨¦stica en alg¨²n hogar acomodado o de un extranjero, dec¨ªa con gran sentido com¨²n: "Claro, el hombre ya estaba muy mayor., Eran 92 a?os".Ha habido tambi¨¦n reflexiones algo m¨¢s profundas. Una mujer de mediana edad, educada en la universidad, se lamentaba porque, Deng n¨® ha llegado a ver cumplido su sue?o de estar presente en Hong Kong el d¨ªa 1 de julio, cuando el Reino Unido traspase la soberan¨ªa de la colonia a China. A?adi¨® que Jiang Zemin es d¨¦bil y no cuenta con la confianza de la gente. Tal vez por ello el Partido Comunista Chino ha lanzado varios llamamientos a la unidad de los 1.200 millones de chinos en torno al delf¨ªn y sucesor elegido por Deng, el presidente Jiang Zemin, de 70 a?os. "Debemos anteponer y proteger la unidad del partido, unimos con m¨¢s ardor en tomo al Comit¨¦ Central del partido, cuyo coraz¨®n es el camarada Jiang Zemin", se?alaba un comunicado. Los programas especiales de, la televisi¨®n, mostraron a Jiang en varias ocasiones durante el d¨ªa de, ayer, pero el que se perfila como nuevo hombre fuerte de China a¨²n no ha hecho ninguna comparecencia p¨²blica. Se sabe, eso s¨ª, que preside el comit¨¦ oficial para los funerales.
El Gobierno, que tambi¨¦n ha llamado a la, unidad nacional y ha formado un frente com¨²n para demostrar su solidez, en un momento, como ¨¦ste, declar¨® a partir de ayer seis d¨ªas de luto nacional, hasta el pr¨®ximo martes, cuando se organicen los funerales en memoria del ide¨®logo de la reforma y la apertura.
Aunque al principio se dudaba, ayer ya resultaba evidente que no va a haber voces disidentes, entre otras razones porque los principales perseguidos ya est¨¢n en manos de la "justicia". La campa?a Golpea Fuerte, puesta en marcha en abril pasado para acabar con todo tipo de delincuencia, corrupci¨®n o disidencia, ha dado a entender que de la purga no se salva nadie.
Los peri¨®dicos consagraban ayer sus primeras p¨¢ginas completas a la muerte, del "gran revolucionario proletario", "gran marxista", "gran militar" e "ilustre-diplom¨¢tico". Todos los diarios nacionales repet¨ªan la misma imagen del dirigente con una sonrisa serena. La mayor¨ªa de los -elogios se refer¨ªan a su obra en el terreno econ¨®mico.
Europa, Estados Unidos y el resto de Am¨¦rica, en una franja horaria posterior a la de Extremo Oriente, vivieron la noticia el mi¨¦rcoles en pleno d¨ªa. Cuando China despert¨® ayer, la muerte de Deng ya no era novedad m¨¢s que para sus propios habitantes, a quienes tampoco pill¨® de sorpresa, pues hac¨ªa ya tiempo que esperaban el desenlace.
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