El Negus del fondo

Hubo un momento, hace s¨®lo unos a?os, en que las mareas negras africanas, habituales en las pruebas de fondo del atletismo mundial, eran solamente de un pa¨ªs: Kenia. Las camisetas rojas o blancas de los corredores kenianos dominaban de una forma aplastante en la pista o en el cross mientras desaparec¨ªan los hombrecillos verdes de Etiop¨ªa. Como mucho, la proporci¨®n era de 4 ¨® 5 a 1, y el solitario et¨ªope s¨®lo era un comparsa. Nunca ganaba. Siempre lo hac¨ªan los kenianos: los Ngugi y la lista interminable. Ahora, no. El mejor es ya demasiadas veces verde y tambi¨¦n blanco: Halle Gebreselassie, campe¨®n ol¨ªmpico y del mundo, plusmarquista mundial al aire libre y en pista, y por si fuera poco, rey del cross: tambi¨¦n gan¨® a todos los kenianos en el ¨²ltimo Mundial.Los graves problemas pol¨ªticos y econ¨®micos, inclu¨ªda la guerra con Eritrea, por los que atraves¨® Etiop¨ªa llevaron casi a olvidar que de las altiplanicies de ese pa¨ªs -antes que del lado de Kenia- surgieron las primeras grandes estrellas del fondo africano y mundial. El pionero, Abebe Bikila, el legendario maratoniano, doble ganador ol¨ªmpico en Roma 1960 con los pies descalzos, y en Tokio 1964, ya calzado. Despu¨¦s, sucesores ilustres como Mamo Wolde, oro tambi¨¦n en el marat¨®n y plata en los 10.000 metros de M¨¦xico 1968 -Juegos donde gan¨® ya los 1.500 un cierto genio keniano, el primero, llamado Kipchoge Keino- o Mirus Yifter, que cerr¨® la triple corona et¨ªope venciendo en Mosc¨² 1980 en los cinco y en los 10 kil¨®metros.

Situaci¨®n de tortura

Etiop¨ªa, aunque gan¨® cinco t¨ªtulos mundiales de cross por equipos, frente a los 10 de Kenia, lleg¨® inclusa a no participar en algunas ediciones y tampoco en los Juegos Ol¨ªmpicos -Se¨²l, por ejemplo-. La situaci¨®n de su deporte, como consecuencia de la del pa¨ªs, se convirti¨® en una tortura. Hace dos a?os, el mismo Mamo Wolde fue encarcelado y desde distintos estamentos a¨²n se hacen gestiones por su libertad. A trancas y barrancas el fondo et¨ªope salv¨® algunos hombres, como Fita Bayisa, Addis Abebe o Worku Bikila. Incluso m¨¢s en mujeres, pues a Derartu Tulu, ganadora de los 10.000 en Barcelona, sigui¨® Fatima Roba, oro en el marat¨®n. de Atlanta: Pero siguen siendo casi excepciones ante la mayor¨ªa keniana.La gran diferencia ahora es que ya hay un et¨ªope que se salta las proporciones. Es la gran joya incomparable que ha devuelto al pa¨ªs los ¨¦xitos que inici¨® Bikila en los tiempos del Negus Neghesti -rey de reyes-, Halle Selassie, el ¨²ltima emperador et¨ªope. El polic¨ªa Halle Gebreselassie, con el mismo nombre y el final del apellido reales, es el gran Negus del fondo desde hace m¨¢s de cuatro a?os. Ni los kenianos pueden con ¨¦l, como demostr¨® ganando los 10.000 metros en los dos ¨²ltimos Mundiales de Stuttgart 93 y Gotemburgo 95. Antes ya lo hab¨ªa sido en categor¨ªa j¨²nior en 10.000 y 5.000. En 1994 bati¨® su primera plusmarca mundial absoluta, la de los cinco kil¨®metros, y en 1995 la de

10.000. Y aunque perdi¨® ¨¦sta a pies del impresionante keniano Moses Kiptanui, no s¨®lo la recuper¨®, sino tambi¨¦n mejor¨® la suya de 5.000, y ambas por diferencias asombrosas.

Tras ganar el Mundial de cross su reto era la medalla de oro ol¨ªmpica y la consigui¨® en los 10.000 metros de Atlanta. Sus legendarios compatriotas del pasado est¨¢n m¨¢s que superados, aunque su recuerdo perdure. En r¨¦cords lo ha hecho de sobra y lo sigue demostrando. Su calidad es tan grande, que este peque?o genio de la resistencia, de 23 a?os, 1,60 metros y 54 kilos, se permiti¨® batir en 1996, en su deb¨² en la pista cubierta, y en s¨®lo una fulgurante semana alemana -Sindelf¨ªngen, el 27 de enero, y Stuttgart, el 4 de febrero- los r¨¦cords

mundiales de 5.000 y 3.000 metros. Este a?o, tras fallar contra el de 3 kil¨®metros, acaba de rebajar en Estocolmo el de cinco en casi 12 segundos. Y baj¨® por primera vez de los 13 minutos (12.59.04 frente a 13.10.98). Al aire libre tiene 12.44.39.

A estas alturas de su gloria, lejos quedan para ¨¦l los 25 kil¨®metros diarios que hac¨ªa descalzo para ir de su casa a la escuela, a 1.400 metros de altura. Pero sus haza?as son s¨®lo una l¨®gica consecuencia. Bien llevado por un entrenador europea, el holand¨¦s Jos Hermens -ex plusmarquista mundial de la hora y de los 20 kil¨®metros-, no se ha perdido sin rumbo como otros muchos africanos, y ha volado en cuanto ha bajado al nivel del mar. Incluso con zapatillas.