Adi¨®s a los privilegios
La muerte de Deng Xiaoping deja a sus cinco hijos hu¨¦rfanos de las prebendas que acompa?an a la ¨¦lite dirigente
"Los hijos de Deng Xiaoping son ricos, los hijos de Mao Zedong murieron en la guerra", rezaban algunas pancartas durante las protestas de mayo de 1989, en la plaza de Tiananmen. De hecho as¨ª hab¨ªa sido. Mao envi¨® a su hijo a combatir en la guerra de Corea frente a Estados Unidos y una bomba impact¨® a su lado. Uno de los hijos de Deng Xiaoping, sin embargo, ostentaba en aquel 1989 un monopolio de exportaci¨®n e importaci¨®n. Ahora que el patriarca ha muerto, sus cinco hijos tendr¨¢n que andarse con m¨¢s cuidado si quieren mantener sus privilegios. Aunque existe un gran resentimiento entre los chinos de a pie por los privilegios de los hij¨ªsimos, no parece que de momento vayan a tomarse medidas espectaculares. En inter¨¦s de la unidad y la estabilidad, los dirigentes chinos evitar¨¢n singularizar de forma expl¨ªcita a los hijos de Deng, pero con toda seguridad les pedir¨¢n que se sumen a la estrategia del actual liderazgo para lograr una transici¨®n suave.Deng Pufang, el hijo mayor del fallecido, perdi¨® su privilegio aunque no como fruto de las leyes del mercado, sino de una reorganizaci¨®n llevada a cabo por su padre para defenderse de las acusaciones. Deng Xiaoping tuvo que dar explicaciones. Dijo que era l¨®gico que, en el proceso de modernizaci¨®n, unos se enriquecieran antes que otros.
Pufang, que se qued¨® parapl¨¦jico durante la Revoluci¨®n Cultural al saltar por la ventana cuando le persegu¨ªan unos Guardias Rojos, importaba y vend¨ªa todo tipo de aparatos ortop¨¦dicos hasta el cierre de su firma sin que las acusaciones de haber cometido irregularidades quedaran del todo aclaradas. Desde entonces, se ha consagrado a trabajar por los 40 millones de chinos con minusval¨ªas y dirige la Fundaci¨®n China de Minusv¨¢lidos.
En igual de oscuras circunstancias, Deng Zhifang, el menor de los hijos, abandon¨® en 1995 su cargo de vicepresidente en la subsidiaria hongkongnesa de Capital Iron & Steel. En esta ocasi¨®n fue la detenci¨®n por soborno del presidente de la filial, Zhu Beifang, lo que motivo su discreta retirada, agravada si cabe por el hecho de que el padre de Beifang era un camarada de Deng Xiaoping.
"La gente hac¨ªa negocios con ellos debido a la conexi¨®n Deng", ha asegurado a la agencia Reuter Tai Ming Cheung, un analista de Hong Kong profundo conocedor de la dinast¨ªa. "Creo que continuar¨¢n teniendo algunos privilegios, pero se ir¨¢n reduciendo", asegura antes de recordar que "tras la muerte de Mao sus hijos se eclipsaron r¨¢pidamente y en menos de un a?o hab¨ªan desaparecido de la vida p¨²blica".
De momento, la vida va a cambiar substancialmente para Deng Rong, conocida familiarmente como Mao Mao. Considerada como la favorita del l¨ªder, la menor de los Deng ha dejado de lado en los ¨²ltimos a?os su trabajo como directora de la Oficina de Investigaciones de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional Popular para estar al lado de su padre.
Mao Mao ha sido su secretaria privada, su int¨¦rprete y su enfermera. Ella se encargaba de gritar las palabras de los visitantes al o¨ªdo sano del l¨ªder y de traducir a continuaci¨®n su profundo acento sichuan¨¦s al mandar¨ªn (chino est¨¢ndar) o al ingl¨¦s. Hasta el punto de que muchos expertos llegaron a creer que controlaba la visi¨®n que Deng ten¨ªa del mundo. En 1995 public¨® la hagiograf¨ªa Deng Xiaoping, mi padre por cuyos derechos Rupert Murdoch le pag¨® la friolera de un mill¨®n de d¨®lares (unos 140 millones, al cambio actual).
La internacionalmente conocida Mao Mao -hizo una gira mundial para promucionar su libro-, ya se ha quedado sin base de operaciones. Las autoridades ordenaron en v¨ªsperas de la muerte de Deng el desmantelamiento de su oficina personal en Pek¨ªn, que ella utilizaba como centro de poder. Y su situaci¨®n puede empeorar, ya que su marido, He Ping, se vi¨® salpicado el a?o pasado por una investigaci¨®n estadounidense sobre tr¨¢fico de armas. He dirige Poly Technologies en Pek¨ªn, una compa?¨ªa del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n.
Tambi¨¦n va a notar el declive la hija pintora del mandatario, Deng Lin, de quien las malas lenguas dicen que nunca hubiera llegado muy lejos sin su apellido. Sea como fuera, sus obras se han expuesto ya en medio mundo -el a?o pasado estuvo en Barcelona- y numerosos coleccionistas han pagado sumas importantes por tener un deng. Lin es presidenta de la Asociaci¨®n de Arte del Este. Vive habitualmente en Hong Kong donde trabaja su marido, Wu Jianchang.
Wu ha construido un peque?o imperio empresarial en Hong Kong y controla varias filiales de la estatal China National NonFerrous Metals Industry Corporation. Sin embargo, el a?o pasado fue expulsado del consejo de administraci¨®n de una de ellas ante la insistencia de los accionistas.
Tal vez la menos tocada por la sospecha del esc¨¢ndalo sea Deng Nan, la ¨²nica hija del l¨ªder que ha seguido sus pasos en la pol¨ªtica (un sobrino de Deng es alcalde de Wuhan). Nan, que estudi¨® f¨ªsicas, es viceministra de de la Comisi¨®n Estatal para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa y est¨¢ casada con otro tecn¨®crata, Zhang Hong.
Las carreras de sus reto?os contrastan en buena mediada con la trayectoria del propio Deng Xiaoping quien lleg¨® a Pek¨ªn en 1952, encontr¨® un lugar apropiado en Zhongnanhai y se traslad¨® all¨ª con su familia desde Chongqing (provincia de Sichuan, en el centro de China). Su esposa, Pu Zhuo Lin, con quien se cas¨® en septiembre de 1939 en Yanan, era la tercera tras de haberse divorciado de Jin Weiyin y de la muerte de su primer c¨®nyuge, Zhang Qianyuan.
Cuando se mudaron a Zhorignanhai, la numerosa familia de Deng inclu¨ªa una hija de 10 a?os, Den Lin; un hijo de ocho, Deng Pufang; una hija de siete, Deng Nan, y otra hija de seis a?os, Deng Rong (la familiarmente conocida como Mao Mao), adem¨¢s del menor de sus hijos, Deng Zhifang. Adem¨¢s, Deng invit¨® a su madrastra, Xia Bogan (cuarta esposa de su padre), a vivir con ellos. Xia se les acompa?¨® el resto de su vida, incluso cuando Deng fue exiliado a Jiangxi.
Una vez abandonada la residencia de Zhongnankai, la familia Deng se mud¨® a una casa al norte de la Ciudad Prohibida. La calle no est¨¢ exenta de los baches y basuras que se acumulan durante el d¨ªa en toda la ciudad, ya que es raro encontrar papeleras en Pek¨ªn. En contraste con la pompa y ceremonia de sus sucesores, s¨®lo dos soldados guardaban su casa, no con uniformes de ceremonia sino simples vestimentas y viejos AK-47.
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