Celdas por estrenar

Los calabozos municipales de Torres de la Alameda (3.900 habitantes) son amplios, limpios y nunca han sido utilizados. Tan inmaculados est¨¢n que el martes, en uno de sus rincones, se descubr¨ªa un ambientador, abandonado por la mujer de la limpieza que los cuida. La verdad es que nunca hemos metido a nadie en ellos. Cuando tenemos un detenido lo enviamos al cuartel de la Guardia Civil de Loeches [2.700 habitantes], que, por cierto, tiene unos calabozos bastante peores que los nuestros. Tienen humedades y son bastante m¨¢s reducidos. Pero la ley nos obliga a ello. La Polic¨ªa Local carece de competencias para enjaular a nadie", asegur¨® un agente local.

Estas dependencias, situadas en el s¨®tano del Ayuntamiento, fueron inaugurados hace dos a?os junto a todo el edificio. "Los calabozos estaban incluidos en los planos. Por eso los tenemos", reconoce el alcalde, Francisco Acedo, del Partido Popular. Este regidor se muestra algo temeroso por -el hecho de que la pulcritud del recinto pueda llevar a los jueces a trasladar detenidos de otros pueblos a Torres de la Alameda.

A los calabozos se puede acceder a trav¨¦s del aparcamiento de la Casa Consistorial o por el vest¨ªbulo de entrada al Ayuntamiento. "Si es que esto no est¨¢ preparado m¨¢s que para uno o dos detenidos, y siempre que no sean peligrosos. Ser¨ªa imposible poder custodiar a alguien peligroso en unos calabozos de este tipo".

La puerta de acceso al calabozo es de chapa gruesa. En el interior del habit¨¢culo se descubren dos celdas acristaladas. En ellas hay retrete, un lavamanos y un canap¨¦ de cemento.,

"Como no los utilizamos nunca, en ocasiones hemos metido muebles o cajas procedentes de alg¨²n embargo", explica el alcalde.

"Estar¨¢ limpio, eso no lo niego, pero yo creo que estas celdas no cumplen con los requisitos legales. La ley obliga a que los calabozos tengan televisi¨®n, acceso a una biblioteca y a un economato. En este Ayuntamiento no tenemos recursos ni humanos ni t¨¦cnicos para cubrir las necesidades de los detenidos. Por ejemplo, si alguien pasa en el calabozo dos d¨ªas, tendr¨ªamos que darle de comer. En el Ayuntamiento no tenemos cocina. En fin, que si la Administraci¨®n nos da el dinero y las personas necesarias para ponerlo en marcha, pues muy bien. De lo contrario, as¨ª seguir¨¢n muchos a?os", afirma Acedo.