V¨¢zquez pone orden entre los socialistas gallegos para lanzar la campa?a contra Fraga

Felipe Gonz¨¢lez clausurar¨¢ el pr¨®ximo domingo en La Coru?a el congreso regional de los socialistas gallegos, que servir¨¢ como preludio a la larga precampa?a de las elecciones auton¨®micas del pr¨®ximo octubre. El secretario general del PSOE gallego y alcalde de La Coru?a, Francisco V¨¢zquez, y el candidato a la presidencia de la Xunta, Abel Caballero, formar¨¢n un n¨²cleo directivo en el que estar¨¢n integrados los princicipales sectores de la organizaci¨®n, incluidos antiguos adversarios internos.S¨®lo el alcalde de Santiago de Compostela, Xerardo Est¨¦vez, con escaso peso org¨¢nico, s¨¦ ha atrevido a enarbolar la bandera de la disidencia en v¨ªsperas del enfrentamiento electoral con Manuel Fraga (PP), el actual presidente de la Xunta.

El congreso del PSOE gallego se ha concebido como un acto de clara proyecci¨®n electoral. Se trata de presentar ante la sociedad un partido reconciliado y unido en torno a su candidato, el ex ministro de Transportes Abel Caballero, acogido hace unos meses con escaso entusiasmo por el extinto sector renovador.

V¨¢zquez y Caballero pretenden tambi¨¦n ofrecer la imagen de una organizaci¨®n aut¨®noma, ya que ser¨¢ la primera vez que el PSdG re¨²na a su asamblea sin esperar a que se resuelva antes el congreso federal del PSOE, a¨²n sin fecha fija pero que podr¨ªa celebrarse en junio.

Esfuerzos de conciliaci¨®n

El esfuerzo de V¨¢zquez por restablecer la cohesi¨®n de un partido que sali¨® carbonizado de las elecciones auton¨®micas de 1989 y se desangr¨® durante meses en una tumultuosa refriega entre renovadores y guerristas se ver¨¢ culminado este fin de semana. V¨¢zquez ya hab¨ªa tendido la mano a antiguos adversarios como el portavoz socialista en el Parlamento gallego, Miguel Cortizo, ahora vicesecretario general, y la pasada semana dio nuevas muestras de generosidad al ofrecer un puesto en la direcci¨®n al irreductible Carlos Principe, ex alcalde de Vigo. Ahora se ver¨¢ lo que dura esa reconciliaci¨®n, pero el gesto en s¨ª tiene ya bastante de milagroso: todav¨ªa la pasada primavera partidarios de Pr¨ªncipe y de Caballero se liaron a bofetadas en Vigo.S¨®lo queda una voz disonante y V¨¢zquez la ha atacado con fiereza. Es el alcalde de Santiago, Xerardo Est¨¦vez, enfrentado a su colega coru?¨¦s.m¨¢s por la rivalidad entre ambas ciudades que por cuestiones estrictamente de partido. La agrupaci¨®n compostelana ha presentado enmiendas a la ponencia oficial que han irritado a V¨¢zquez, particularmente por su pretensi¨®n de impedir que un alcalde pueda ocupar la secretar¨ªa general con el argumento de que est¨¢ excesivamente condicionado por los intereses de su municipio. V¨¢zquez ha llegado a acusar a Est¨¦vez de adoptar posturas "contradictorias con la propia militancia en la organizaci¨®n".

Pero las protestas de Est¨¦vez van camino de quedarse en mera an¨¦cdota. A pesar de la proyecci¨®n p¨²blica de su cargo, el alcalde compostelano llevaba a?os desentendi¨¦ndose del partido y carece de respaldo entre la militancia. Tampoco sientan nada bien sus habituales elogios a Fraga en agradecimiento a las generosas inversiones de la Xunta en la capital de la comunidad aut¨®noma, que Est¨¦vez est¨¢ obsesionado por convertir en un modelo de desarrollo urban¨ªstico.