El Bar?a golea a un triste Sevilla
Los azulgrana marcan cuatro tantos y salvan el desaf¨ªo del Betis
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El Bar?a recogi¨® el guante que le lanz¨® el Betis el s¨¢bado y contin¨²a siendo segundo. Ten¨ªan los azulgrana que meter m¨¢s de dos goles para amarrar la segunda plaza y logr¨® cuatro; Ronaldo deb¨ªa batir a Unzue para dejar atr¨¢s a Alfonso en la carrera por el pichichi y no defraud¨®. El grupo de Robson mira desde hace d¨ªas con prism¨¢ticos al Madrid -est¨¢ a 9 puntos del l¨ªder-, pero no cesa de vigilar de reojo, por encima de la espalda, a los verdiblancos. No es una cuesti¨®n balad¨ª la del segundo lugar: hasta el mismo Robson dice que ser¨ªa un fracaso perderlo y no disputar la pr¨®xima temporada la Liga de Campeones. El Bar?a se teme que tendr¨¢ que consolarse al final con la Copa y la Recopa, pero es consciente de que casi se dirime una cuesti¨®n de honor: no estar con los grandes de Europa el a?o que viene ser¨ªa casi imperdonable.Guardiola e Iv¨¢n de la Pe?a, el t¨¢ndem que ha permitido vivir al Bar?a en paz en las ¨²ltimas semanas, se encargaron de llevar la batuta. Pero el Bar?a, ante un discret¨ªsimo Sevilla, se mostr¨® como un equipo asentado, pero tierno, joven, casi inocente. Figo no estuvo tan inspirado, los centros de Amunike se perd¨ªan en un laberinto de piernas y cabezas y Ronaldo tampoco tuvo su d¨ªa. Puede pedir que le doblen el sueldo, pero el brasile?o tampoco es el Rey Midas.
No auguraba nada bueno el partido para los azulgrana. Pero no cundi¨® el p¨¢nico. Menos mal, porque no se le hubiera perdonado. Demasiados sustos en los ¨²ltimos meses como para permitirse el lujo de pinchar ante el vicecolista. El Madrid ganaba ante ¨¦l Zaragoza y la segunda plaza peligraba. No le qued¨® m¨¢s remedio a los azulgrana que apretar el acelerador. Oscar sali¨® en tromba, Ronaldo y Guardiola soltaron zapatazos y hasta Iv¨¢n, espoleado para que pruebe suerte ante puerta, insisti¨® con las vaselinas. El gol se mascaba. Y lo meti¨® quien quiz¨¢s m¨¢s se lo merec¨ªa. Descartado sistem¨¢ticamente por Robson, ?scar marc¨® el d¨ªa que estren¨® titularidad. Todo fue r¨¢pido: tres minutos despu¨¦s lleg¨® la ex pulsi¨®n de Alm¨¦yda y el partido se rompi¨®.
El gol seren¨® la tarde y dio paso al recital. El Bar?a se asent¨®, triangul¨® el bal¨®n y jug¨® en vertical ante un Sevilla que asumi¨® con resignacion el papel de invitado de piedra, aunque oblig¨® a Ba¨ªa, en un par de disparos, a hacer paradas acrob¨¢ticas. Pero Stoichkov y Pizzi, la pareja que revolucion¨® el ¨¦pico partido ante el Atl¨¦tico, acabaron de hacer la faena. El b¨²lgaro, recibido con una c¨¢lida ovaci¨®n, se sac¨® de la manga una jugada de libro que ya hizo en Suecia, en la Recopa, para que Ronaldo marcara y dejara atr¨¢s a Alfonso en la carrera por el pichichi. El oportunismo de Pizzi -a punto de marcar un segundo gol desde el medio del campo- y Luis Enrique adornaron la tarde. Pero Robson parece un especialista en aguar la fiesta al p¨²blico. No hay qu¨ªmica entre la grada y ¨¦l banquillo. Robson sustituy¨® a Guardiola, el cerebro indiscutible de este equipo, por Popescu y llegaron los pitos y alg¨²n que otro pa?uelo. Pero no estaba el d¨ªa para acabar mal: fueron cuatro goles y pudieron ser m¨¢s. Robson pidi¨® al final respeto al p¨²blico por los cambios. Dice que s¨®lo se dedica a reservar a sus jugadores para la Copa y la Recopa. Ha empezado el Bar?a bien la Semana Santa: falta ahora que no lo estropee el mi¨¦rcoles en la Copa ante el Las Palmas.
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