Crist¨®bal Halffter, de ayer a hoy

Dentro del ciclo religioso de la Comunidad de Madrid actuaron su Orquesta y Coro bajo la direcci¨®n de Crist¨®bal Halffter, madrile?o ilustre como sus t¨ªos, Rodolfo y Ernesto. Hace 45 a?os, Crist¨®bal Halffter sali¨® al ruedo musical madrile?o con la Ant¨ªfona Pascual, una explosi¨®n de alegre vitalidad ligada en algunos rasgos estil¨ªsticos a los Halffter mayores, lo que resultaba l¨®gico. La jornada, celebrada en el Ateneo, fue una r¨¢faga de aire fresco en la anquilosada actividad musical de entonces. Halffter, sin pretenderlo, asum¨ªa la renovaci¨®n y la apertura de nuestra creaci¨®n musical.Es cierto que esta primera gran partitura de nuestro m¨²sico queda en la historia como pr¨®logo de la biograf¨ªa de Halffter, un maestro que, tras una gran evoluci¨®n, goza hoy de un reconocimiento internacional s¨®lido y general. Con todo, se advierte en la Ant¨ªfona m¨¢s de un rasgo constitutivo de Halffter: el motorismo r¨ªtmico, el sentido del orden, la extremada brillantez, el equilibrio y la voluntad de belleza. El compositor, la Orquesta y Coro de la Comunidad y el excelente cuarteto solista lograron unos niveles interpretativos muy altos, con lo que la obra lleg¨® inmediatamente al p¨²blico y el ¨¦xito fue redondo. No hab¨ªa sido menor el de otro Halffter bastante m¨¢s reciente con Daliniana, de 1994. La pasi¨®n del m¨²sico por la pintura le ha llevado con frecuencia a la transposici¨®n sonora de la obra de T¨¤pies, Torner, Sempere, Mu?oz, Sobel, Rivera o Viola y, por supuesto, a la de Goya y Picasso. Musicalizaci¨®n o transposici¨®n quiere decir aqu¨ª punto de partida, pues la Daliniana, a pesar de la referencia a ciertos t¨ªtulos concretos, es m¨²sica objetiva, sutil y magistral organizaci¨®n de una serie bien cohesionada de sonoridades, mesura y contraste en los colores t¨ªmbricos. Ricamente imaginativo, el tr¨ªptico lleg¨® a todos porque, sobre sus valores, se benefici¨® de una exposici¨®n por parte del autor y de la orquesta verdaderamente admirable.

Antes, Halffter se recre¨® en la Misa en do, de Beethoven. La buena interpretaci¨®n nos hac¨ªa pensar si no estamos muy cerca de dar con el lugar exacto para el Coro y la Orquesta de la Comunidad en medio de la feria sinf¨®nica constante que es Madrid. Acaso se impone la actualizaci¨®n del programa y la misi¨®n trazada por Manuel de Falla al fundar la B¨¦tica de Sevilla. Entonces, en vez de multiplicaci¨®n, llenaremos un vac¨ªo. Un programa como el comentado permite toda suerte de esperanzas.