El Real Madrid pierde la ocasi¨®n de sentenciar la Liga

El Heliodoro-Rodr¨ªguez L¨®pez no fue escenario esta vez de un partido espectacular y emocionante entre el Tenerife y el Real Madrid. Ante las ausencias de algunas de las estrellas de esta Liga, los contendientes no ofrecieron su mejor cara. As¨ª, entre la inoperancia del Tenerife en el centro del campo, el conservadurismo del equipo madridista en muchas fases del encuentro y las intervenciones de Ojeda ante Ra¨²l, se desarroll¨® un choque que no respondi¨® a la expectaci¨®n que hab¨ªa levantado.A los pocos minutos de juego, Fabio Capello hizo un primer cambio posicional en su equipo. Amavisca, que hab¨ªa salido inicialmente por la derecha, se coloc¨® en la banda dontraria por la que jugaba Z¨¦ Roberto, y el brasile?o se situ¨® m¨¢s adelantado para acompa?ar a Ra¨²l. V¨ªctor ocup¨® la banda derecha y el Real Madrid intent¨® buscar con m¨¢s insistencia la porter¨ªa rival. El equipo blanco busc¨® la presi¨®n sobre la zona creativa del Tenetife y tuvo ¨¦xito, porque ni Vivar Dorado, ni Felipe, ni Chano, ¨¦ste ¨²ltimo muy preocupado por las subidas de Roberto Carlos, pod¨ªan llevar con nitidez el juego de ataque canario. S¨®lo los pases largos en busca de la velocidad de Juanele llevaban cierta inquietud al ¨¢rea de Illgner.

Mientras tanto, Ra¨²l se bastaba para crear peligro en la porter¨ªa rival. Aunque el juego. no era fluido, el delantero madridista pesc¨® varios balones sueltos en el ¨¢rea y dispar¨® con mucha intenci¨®n, aunque delante estaba un inspirado Ojeda que volvi¨® a ser decisivo para su equipo.

Pasada la media hora de juego lento e impreciso, la iniciativa segu¨ªa siendo del Real Madrid, aunque en la recta final cedi¨® un poco de terreno ante la insistencia de su rival. De todas formas, el conjunto de Heynckes no encontraba muchas f¨®rmulas pata atravesar las l¨ªneas bien ordenadas que dispuso Capello de medio campo hacia detr¨¢s. La ausencia de Jokanovic se notaba mucho en el engranaje del equipo insular.

La reanudaci¨®n no fue nada esperanzadora para el espect¨¢culo. El Real Madrid, consciente de sus ausencias y de los empates del Barcelona y el Betis, se dedic¨® a tocar el bal¨®n en defensa sin arriesgar lo m¨¢s m¨ªnimo, mientras que el Tenerife tampoco apostaba por el juego de ataque.

Entre bostezo y bostezo llegaba alg¨²n bal¨®n a las ¨¢reas en espera de que los hombres m¨¢s adelantados lograran crear peligro. En uno de esos balones, el ¨ªmpetu de Alkorta al despejar desde el centro del campo de cabeza, la ratoner¨ªa de Ra¨²l y el disparo de V¨ªctor acabaron con la sequ¨ªa goleadora del partido.

Con la ventaja del Real Madrid en el marcador, el Tenerife se lanz¨® al ataque y logr¨® crear huecos en la defensa madridista, con la consiguiente desesperaci¨®n de Fabio Capello en el banquillo. Despu¨¦s de varios balones a¨¦reos que inquietaron a Illgner, una mel¨¦ en el ¨¢rea chica se resolvi¨® con un disparo de Neuville que acab¨® en gol.

La decoraci¨®n del partido cambi¨® por completo con los goles. La disciplina dej¨® paso a la alegr¨ªa aunque la calidad segu¨ªa sin existir. En ese momento volvi¨® a aparecer Ra¨²l, aunque ayer parec¨ªa estar deslumbrado por el jersei amarillo de Ojeda, y dos disparos suyos, uno a puerta vac¨ªa, acabaron por no traducirse en gol.

Los minutos finales fueron de tr¨¢mite, puesto que a medida que se acercaba el minuto 90, los equipos dieron por bueno el empate. El Madrid al final celebr¨® el empate como si de una victoria se tratara.