Comienza el juicio por el peor atentado terrorista en suelo norteamericano
"El acusado est¨¢ presente y dispuesto, sentado conmigo tras esta mesa". El acusado es Timothy McVeigh, principal sospechoso de la voladura del edificio Alfred P. Murrah, de Oklahoma, a las 9.02 del 19 de abril de 1995. El que dijo ayer estas primeras palabras en una sala de Denver es Stephen Jones, abogado de Timothy McVeigh, que tiene entre sus manos la complicada tarea de defender a un cliente acusado del atentado terrorista m¨¢s grave de los cometidos en EE UU: 168 muertos y casi 500 heridos. Tanto McVeigh como el otro acusado, Terry Nichols, que ser¨¢ juzgado posteriormente, se declaran inocentes. Los fiscales pedir¨¢n la pena de muerte para ambos. El juicio podr¨ªa extenderse hasta el verano.
El atentado que estremeci¨® a los norteamericanos y les abri¨® los ojos sobre la peligrosidad y el auge de las milicias armadas y grupos extremistas similares va a volver a la actualidad dos a?os despu¨¦s, cuando todav¨ªa no se ha acabado de asumir que un joven de la Am¨¦rica com¨²n, veterano de la guerra del Golfo, pueda acumular tanto odio como para volar un edificio que para ¨¦l representaba al Estado. Las escenas de dolor vividas en un sitio en el que nunca pasa nada, como Oklahoma, son un poderoso argumento que gravita con tanta intensidad sobre los posibles jurados que los abogados defensores han conseguido que el juicio se celebre en Denver, en el vecino Estado de Colorado.La acusaci¨®n tratar¨¢ de demostrar que Timothy McVeigh, de 28 a?os de edad y antiguo sargento del Ej¨¦rcito, organiz¨® y llev¨® a cabo el atentado, con ayuda de una o m¨¢s personas, mediante un cami¨®n que hab¨ªa alquilado en Kansas con nombre falso y que llen¨® con una mezcla explosiva de m¨¢s de 2.000 kilos de fertilizantes y nitrato de amonio. McVeigh, se dir¨¢, se enfureci¨® por el desenlace del cerco de Waco, en Tejas, (en el que murieron 86 personas de la secta de los davidianos tras el asalto del FBI) y organiz¨® el atentado como represalia con la ayuda de Terry Nichols.
Los fiscales cuentan con una impresionante bater¨ªa de testimonios y pruebas que se recogieron despu¨¦s de la explosi¨®n, reflejadas en 25.000 p¨¢ginas de sumario y resultado de una de las m¨¢s amplias investigaciones criminales de Estados Unidos. Horas despu¨¦s del atentado, un agente del FBI estaba interrogando a testigos del alquiler del cami¨®n, a 450 kil¨®metros de Olklahoma. Para ello se hab¨ªa localizado antes el n¨²mero de identificaci¨®n del veh¨ªculo a partir de un eje recuperado de los escombros. Los fiscales tienen pruebas muy s¨®lidas y una lista de 400 testigos, entre ellos Michael Fortier, un amigo ¨ªntimo de McVeigh que, a cambio de una condena de 23 a?os por conocimiento previo del atentado, confirmar¨¢ la culpabilidad del acusado.
La defensa de McVeigh tratar¨¢ de desarrollar una teor¨ªa de conspiraci¨®n internacional que implique a neonazis alemanes y a Irak y argumentar¨¢, basado en las dificultades de identificaci¨®n de una pierna en el recuento de v¨ªctimas, que el aut¨¦ntico responsable del atentado muri¨® en la explosi¨®n. El error fue corregido posteriormente, pero la defensa dir¨¢ que es algo que pone en cuesti¨®n todo el trabajo de los forenses y atacar¨¢ tambi¨¦n la credibilidad de los laboratorios del FBI.
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