Brugmans y Albertini, figuras de la construcci¨®n europea
En un corto lapso de tiempo han desaparecido dos figuras clave para la construcci¨®n europea, el holand¨¦s Brugmans y el italiano Albertini.Eminentes te¨®ricos, ambos del federalismo, el primero destac¨® asimismo en su aportaci¨®n pr¨¢ctica al proceso de integraci¨®n europea desde sus inicios.
Primer presidente de la Uni¨®n Europea de Federalistas (UEF), a¨²n viva e integrada en el Movimiento Europeo, fue Brugmans el principal redactor del manifiesto de Montreux de 1947, y poco despu¨¦s participaba con todos los honores y todos los fervores en el congreso de La Haya de 8 de mayo de 1948, del que ya es t¨®pico, pero nunca error, que constituye la cuna de la unificaci¨®n europea. De lo que es el federalismo como actitud vital dan testimonio ¨¦stas sus palabras en aquel magno congreso: "Europa es la civilizaci¨®n de los no conformistas, de los hombres continuamente en lucha con ellos mismos, donde ninguna certeza es aceptada si no es continuamente redescubierta". (Como se ve, Popper y su open society tampoco innovan tanto).
Pen¨²ltimo superviviente de los founder fathers -vive y ojal¨¢ por muchos a?os Alexandre Marc-, tras su intervenci¨®n en La Haya y posteriores gestiones a trav¨¦s del Movimiento Europeo para la firma del Tratado de Londres y consecuente creaci¨®n del Consejo de Europa, pas¨® al campo acad¨¦mico en su calidad de rector del tambi¨¦n entonces nacido Colegio Europeo de Brujas. De sus m¨¢s de 30 a?os de docencia queda una abundante obra escrita, entre la que destaca la tantas veces reeditada La idea europea, 1920-1970. Muestra de una permanente juventud intelectual es su extraordinario ensayo en la obra colectiva Europe, dream, adventure, reality (1987), donde las ideas de este laborista holand¨¦s alcanzan resonancias planetarias, con una prospectiva para Europa como regi¨®n en el marco de la ONU rabiosamente actual.
No tan popular, pero muy respetado en ¨¢mbitos europe¨ªstas, ha sido el profesor Mario Albertini, sucesor de aqu¨¦l en la presidencia de la UEF y, sobre todo, animador desde su c¨¢tedra de Pav¨ªa de una escuela de pensamiento que, provista de un excelente bagaje pol¨ªtico, jur¨ªdico y econ¨®mico (quiero recordar aqu¨ª a los hermanos Majocchi, a Robert Triffin, Lucio Levi, Sergio Pistone, mi colega el notario Francesco Rossolillo, Alfonso Iozzo, etc¨¦tera), d¨ªa a d¨ªa indaga la realidad e impulsa el proceso de construcci¨®n europeo.
Lo Stato nazionale (1958) e Il federalismo e lo Stato federale (1963) son obras cl¨¢sicas de Albertini, probablemente no traducidas al castellano dada su f¨¢cil inteligibilidad entre nosotros.
Las revistas The Federalist y Piemonte-Europa (?qu¨¦ lejos el regionalismo federal ah¨ª propugnado respecto de la patochada padaniana!) deben a su inspirador recientemente fallecido lo mejor de su acervo doctrinal y de su voluntad europe¨ªsta.-
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