Entra en vigor en EE UU una leyque amenaza a cinco millones de ilegales

Entr¨® en vigor. Pese a un intento de ¨²ltima hora de un juez federal para retrasar su aplicaci¨®n, la nueva ley de Inmigraci¨®n de EE UU comenz¨® ayer su inexorable tic tac. Unos 5 millones de inmigrantes ilegales tienen un plazo de seis meses para intentar regularizar, su situaci¨®n; los que no obtengan papeles o no salgan de EE UU antes del pr¨®ximo 30 de septiembre, podr¨¢n ser expulsados de oficio y se les negar¨¢ la posibilidad de regresar legalmente durante un plazo que oscila entre tres y diez a?os. A los deportados que vuelvan a ser sorprendidos en suelo norteamericano se les negar¨¢ la entrada para siempre.

Un gesto de Bill Clinton considerado electoralista, la firma el pasado septiembre de la ley de inmigraci¨®n aprobada por la mayor¨ªa republicana del Con greso, se ha convertido en la espada de Damocles que pesa sobre las vidas de los residentes en EE, UU que entraron clandestinamente a trav¨¦s de la frontera con M¨¦xico (unos 2,9 millones), lo hicieron legalmente con visados de turismo, estudios, trabajo o visita familiar, que caducaron hace ya tiempo (2,1 millones) o fueron considerados refugiados de las guerras de Centrorn¨¢erica (320.000). mayor¨ªa son hispanos.Los ¨²ltimos meses han sido una pesadilla para este contingente humano. A la complejidad de una ley que se extiende a lo largo de 600 p¨¢ginas, se han a?adido rumores m¨¢s o menos paranoicos sobre inminentes operaciones masivas de caza y captura del ilegal, con su corolario de deportaci¨®n autom¨¢tica. Tal es el clima de angustia que las autoridades se vieron obligadas ayer a precisar que piensan concentrar sus esfuerzos en los ilegales que hayan cometido delitos graves como tr¨¢fico de drogas, robo, violaci¨®n u homicidio. La secretaria de Estado, Madeline Albright, asegur¨® ayer que no habr¨¢ deportaciones masivas.

La nueva ley dificulta la consecuci¨®n del asilo pol¨ªtico, agiliza los procedimientos de deportaci¨®n y pone trabas a que los expulsados regresen legalmente a EE UU. Tambi¨¦n pone obst¨¢culos a la posibilidad de que las familias pobres de ciudadanos norteamericanos o inmigrantes legales apadrinen la entrada en el pa¨ªs de parientes extranjeros. En paralelo, otra iniciativa republicana tambi¨¦n ratificada por Clinton que ayer entr¨® en vigor, la reforma del llamado welfare (bienestar), pone serios l¨ªmites a los beneficios que los inmigrantes legales pueden obtener del sistema norteamericano de asistencia social. Un mill¨®n de residentes legales pueden perder su derecho a la ayuda alimenticia.