"Con la ense?anza publica no se juega", afirma Fernando Savater
El fil¨®sofo publica 'El valor de educar'
"Concebir la educaci¨®n como una de las v¨ªas de transformaci¨®n social es una de las reivindicaciones caracter¨ªsticas de la izquierda, del progresismo, de la Ilustraci¨®n, frente a esa idea estetizante de la cultura, que suele ser m¨¢s bien propia de la derecha", explica Fernando Savater, que acaba de publicar El valor de educar (Ariel). El fil¨®sofo, que desarrolla en su libro algunas de las cuestiones esenciales relacionadas con la ardua tarea de la ense?anza, no tarda en advertir: "Sin embargo, la educaci¨®n es cara, no reporta rendimientos inmediatos y se trata, m¨¢s bien, de una inversi¨®n a largo plazo. De ah¨ª que siempre est¨¦ presente la amenaza de los pol¨ªticos de reducir gastos en este campo. Por eso hay algo que debe quedar claro desde el principio: con la ense?anza p¨²blica no se puede jugar".
Una tarea inacabable
Savater parte de la idea de que hombres y mujeres llegan a este mundo sin terminar de hacerse. Como proyecto. "De los humanos lo m¨¢s que parece prudente decir es que nacemos para la humanidad", escribe en El valor de educar. Existe, por tanto, un punto de partida, pero la empresa de fabricarse como seres humanos es un artificio. Y en ese artificio, la educaci¨®n es la protagonista indiscutible. De ah¨ª que, tambi¨¦n filos¨®ficamente, la aventura de la educaci¨®n sea una de las cuestiones esenciales: "Enfrentarse a sus desaf¨ªos es pensar sobre nuestra cultura, sobre el ser humano que queremos", comenta Savater. Por eso, tal vez, el fil¨®sofo se ha metido en estos berenjenales: con el esp¨ªritu combativo que ha heredado de la Ilustraci¨®n, y con ese af¨¢n, tan habitual en su obra, de hurgar en los problemas inmediatos para formular los interrogantes m¨¢s urgentes y necesarios. "Si me pongo a escribir sobre algo es porque quiero intervenir", afirma. "Quien no quiera mojarse debe abandonar la nataci¨®n", escribe en su ensayo.Aprender a lidiar con las complicaciones de la libertad. Quiz¨¢ sea ¨¦sa la perspectiva que define el libro de Savater. "La educaci¨®n es algo que no puede acabar de resolverse nunca", explica. "Est¨¢ ¨ªntimamente ligada a las transformaciones sociales, y ¨¦stas no se detienen por decreto. La idea de conquistar una especie de fundamento, de suelo fijo, de roca inamovible a partir de la cual levantar el edificio de la escuela, es algo inviable".
Por eso el libro en ning¨²n momento plantea modelos ni fabrica recetas. Escribe Savater respecto a quienes son educados: "Hay que entregarles la completa perplejidad del mundo , nuestra propia perplejidad, la dimensi¨®n contradictoria de nuestras frustraciones y nuestras esperanzas". De ah¨ª que no tengan sentido ni la rigidez ni las servidumbres ideol¨®gicas.
Savater apunta en la conversaci¨®n: "Vivimos en una sociedad que debe defender unos valores que, sin embargo, est¨¢n al mismo tiempo cambiando en funci¨®n de los nuevos problemas que surgen d¨ªa tras d¨ªa. Ah¨ª est¨¢n, sin ir muy lejos, cuestiones como la biogen¨¦tica o la emigraci¨®n, que exigen respuestas inmediatas. Lo que hay que defender es una educaci¨®n que potencie la capacidad de reflexionar, de dialogar, de discutir, de pensar con independencia. De lo que se trata es de formar individuos aut¨®nomos que sepan argumentar sus decisiones y sus ideas".
El valor de educar se abre con una 'Carta a la maestra' a guisa de pr¨®logo. Una reflexi¨®n sobre el aprendizaje humano, un an¨¢lisis de los contenidos de una ense?anza que promueva la autoestima de los individuos, una incursi¨®n en lo que Savater llama el eclipse de la familia -un fen¨®meno en el que la irrupci¨®n de la televisi¨®n en el coraz¨®n de los hogares desempe?a un papel decisivo-, la reivindicaci¨®n de la disciplina para conquistar la libertad, la pol¨¦mica cuesti¨®n de las humanidades en la ense?anza dentro de una sociedad rendida a la fascinaci¨®n cient¨ªfico-tecnol¨®gica y el cap¨ªtulo 'Educar es universalizar' son los territorios que explora Savater en este libro, que incluye una 'Carta a la ministra' como ep¨ªlogo.
El peligro de la ignorancia
La iron¨ªa es la p¨®lvora con la que Savater carga su discurso, que se desarrolla con la firme voluntad de no perder nunca de vista las problemas de la ¨¦poca. "Hoy el gran peligro es el de la ignorancia", explica. "Galbraith ha escrito que el gran temor de las democracias occidentales es el de sucumbir a la influencia de los ignorantes, y comparto sus palabras. Cuando digo ignorancia estoy pensando, por ejemplo, en este tipo de debates televisivos en los que nadie razona y donde lo ¨²nico que cuenta es la habilidad de los contertulios para decir la mayor de las extravagancias o majader¨ªas".Es imprescindible, por tanto, que todos puedan acceder a la educaci¨®n. Y es que el aprendizaje de la libertad es un requisito sin el cual la democracia estar¨ªa amenazada. El fil¨®sofo lo cuenta en su libro de esta manera: "El propio sistema democr¨¢tico no es algo natural y espont¨¢neo en los humanos, sino algo conquistado a lo largo de muchos esfuerzos revolucionarios en el terreno intelectual y en el terreno pol¨ªtico: por tanto no puede darse por supuesto sino que ha de ser ense?ado con la mayor persuasi¨®n did¨¢ctica compatible con el esp¨ªritu de autonom¨ªa cr¨ªtica".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.