Francisco Ayala tilda de "pat¨¦tico" el nacionalismo de la generaci¨®n del 98
El escritor, investido doctor 'honoris causa' por la UNED
"Mientras que la generaci¨®n del 98 fue pat¨¦ticamente nacionalista y la generaci¨®n del 14 seriamente nacionalista, catapultando a Espa?a hacia la ¨®rbita europea, nuestra generaci¨®n de vanguardia ensay¨® la superaci¨®n del nacionalismo, para situarse por encima de las fronteras". Esta radiograf¨ªa ideol¨®gica del primer tercio del siglo en Espa?a, hasta el "truncamiento" que supuso la guerra civil, fue argumentada ayer por el polit¨®logo, escritor y acad¨¦mico Francisco Ayala (Granada, 1906) durante su investidura como doctor honoris causa por la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED), celebrada en Madrid.
"Con Ayala, el problema de Espa?a deja de ser un asunto metaf¨ªsico para incardinarse en algo hist¨®rico y social; su actitud intelectual supera lo espa?ol como secular discurso de la impotencia", dijo con anterioridad su padrino en la ceremonia de investidura, el catedr¨¢tico de la UNED Santos Juli¨¢.Ayala celebr¨® haber podido asistir al hervidero cultural de los a?os veinte, en sus or¨ªgenes como intelectual, justamente cuando la escena aparece cruzada con las encontradas ideograf¨ªas de aquellas tres generaciones. "El 98 represent¨® la versi¨®n m¨¢s cruda del nacionalismo hispano, una ideolog¨ªa que, por lo dem¨¢s, llegaba a nuestro pa¨ªs con un siglo de retraso respecto al resto de los Estados europeos", indic¨® Ayala, para censurar los postulados "esencialistas y ret¨®ricos en exceso" que, a partir del Idearium espa?ol, de Ganivet, inform¨® a aquella generaci¨®n. Tras el desastre de las colonias, las consignas -sobre todo, las de corte unamuniano, como "?Adentro!" o "?Que inventen ellos!", puso por ejemplos- parecer¨ªan responder a un programa de "autocolonizaci¨®n interior", se?al¨® el acad¨¦mico y premio Cervantes de Literatura.
Modernidad europea
Por contra, la generaci¨®n del 14 (Ortega, P¨¦rez de Ayala, Aza?a o D'Ors) "rectifica el resentido ensimismamiento de sus mayores, y consigue incorporar a Espa?a, al menos en el terreno de la alta cultura, al cuadro de las naciones europeas". Pero Ayala elogi¨®, sobre todo, el "alejamiento estetizante respecto al casticismo", que supuso al ¨¢nimo del pa¨ªs la truncada generaci¨®n de vanguardia. "Con ella se abraza la modernidad europea que, por otra parte, periclitaba ya en Europa, en el momento en que se barruntaba la venidera posmodernidad".Como si de aquellos polvos noventayochistas procedieran ahora bifurcados Iodos, Ayala alert¨®, en otro momento de su intervenci¨®n, sobre la paradoja de que, "mientras en sus or¨ªgenes modernos, el nacionalismo sirvi¨® como instrumento de integraci¨®n, ha actuado, por contra, cada vez m¨¢s, en un sentido disgregador".
Babelia
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