Muere en Par¨ªs el dibujante Roland Topor
Novelista y dramaturgo, fund¨® con Arrabal el movimiento P¨¢nico en los a?os sesenta
El dibujante, novelista, escen¨®grafo y dramaturgo franc¨¦s de origen polaco Roland Topor muri¨® ayer en Par¨ªs a los 59 a?os, seg¨²n informaron sus familiares. Topor se encontraba en estado de coma desde hac¨ªa varios d¨ªas en un hospital de la capital francesa. Creador ecl¨¦ctico y provocador, su talento era considerado como agresivo, violento a veces, fant¨¢stico pero simepre po¨¦tico. Nacido en 1938 en Par¨ªs, Topor debut¨® en la revist Bizarre a los 20 a?os y fue cofundador con Fernando arrabal y con Jodorowski del movimiento P¨¢nico en los a?os sesenta. En 1981 recibi¨® en Francia el Gran Premio Nacional de Artes Gr¨¢ficas y en 1990 el Gran Premio, de Par¨ªs. Arrabal destac¨® ayer su "lucidez, alegre generosidad y deslumbrante creatividad".
En la muestra Despu¨¦s de Goya. Una mirada subjetiva, con la que el pintor Antonio Saura nos ofreci¨® el pasado oto?o una l¨²cida evocaci¨®n de la estirpe generada por su ilustre antecesor en el curso de la modernidad, se inclu¨ªan, entre los grandes exploradores del sue?o de la Raz¨®n -code¨¢ndose con los Kubin, Daumier, Klinger o Rops-, varios dibujos recientes de Roland Topor. En uno de ellos, fechado en el a?o 1994, la traducci¨®n espa?ola del t¨ªtulo, Varias veces nariz, pierde el elocuente doble sentido del original franc¨¦s, Plusieur fois nez, que puede leerse igualmente como "varias veces nacido".Intuyendo tal vez ya entonces la redoblada virulencia de ese asedio que se aprestaba a ejecutar, sin m¨¢s dilaci¨®n, la condena cuya conciencia hab¨ªa marcado por entero el pensamiento po¨¦tico y la conducta existencial de Topor, aquel juego de palabras cobra hoy un aroma de reivindicaci¨®n, con justo orgullo, del combate asumido por el artista. No en vano, el medio centenar de aforismos que componen su Peque?o memento p¨¢nico denunciaban, hace tres d¨¦cadas, que "la moral y las leyes se han creado para destruir al individuo y hacerle aceptar su muerte", defendiendo la idea de que "la ¨²nica rebeld¨ªa individual consiste en sobrevivir".
En su empe?o por no someterse al imperio de la muerte, Topor desarroll¨® una estrategia basada en una po¨¦tica esencialmente n¨®mada, que se negaba a cualquier encasiliamiento o fosilizaci¨®n profesional, y cuya itinerancia se expande en libertad a trav¨¦s de la literatura, el dibujo, el teatro, el cine de ficci¨®n o de animaci¨®n, las marionetas 0 un modelo de programa infantil para televisi¨®n, desde luego, no pol¨ªticamente correcto.
Corrosivo
El universo visionario de este polaco, renacido bajo la forma de uno de los m¨¢s singulares creadores franceses del ¨²ltimo tercio de este siglo, teje su tapiz, tan personal, irrespetuoso y corrosivo, con hilos procedentes, en igual medida, de la entra?able a?oranza melanc¨®lica de un candor incontaminado y del desenmascaramiento de esa despiadada crueldad que constituye la sustancia ¨ªntima del mundo.
Hoy corre el rumor, apresuradamente confirmado por el discurso oficial, de que la muerte ha acabado por ganarle la partida a este so?ador irreductible; pero uno prefiere sospechar, en cambio, que se trata tan s¨®lo de una nueva artima?a del resistente, un plan de evasi¨®n que roza la excelencia, por el que burla su condena, como Edmundo Dant¨¦s, haci¨¦ndose el muerto, y alcanza as¨ª, "por narices", una definitiva impunidad.
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