Demasiada t¨¢ctica y poco individualismo
El juego colectivo, sobre todo en el bando espa?ol, apag¨® a las estrellas
Hab¨ªa estrellas de sobra en el campo como para so?ar con grandes jugadas y maniobras individuales estupendas. Pero al final, de eso hubo m¨¢s bien poco. Prim¨® la cuesti¨®n colectiva y la t¨¢ctica, sobre todo en el bando espa?ol. Y Belgrado se qued¨® sin saborear en plenitud el talento de gente como Kiko, Mijatovic, Alfonso, Ra¨²l o Savicevic. El partido ofreci¨® menos de lo prometido.Zubizarreta. El guardameta espa?ol fue uno de los destacados. Fall¨® en un par de salidas por arriba, pero pesaron m¨¢s sus aciertos. Sobre todo, una intervenci¨®n a una mano en el lanzamiento de una falta directa de Mijailovic y un remate a bocajarro de Mijatovic, en el que tuvo m¨¦rito por el blocaje. Tuvo quiz¨¢ suerte en que le fue el bal¨®n a las manos, pero tambi¨¦n estaba bien colocado. Hab¨ªa que estarlo. Luego se mostr¨® sereno y seguro en el asedio final.
Mijailovic. Era una de las mayores preocupaciones de Clemente. Sus incursiones por banda, su potencia en el tiro y su precisi¨®n en los pases. Con Kiko, consigui¨® frenar sus incursiones. Pero contra su violencia en los lanzamientos de falta no hab¨ªa receta. El mayor peligro yugoslavo, hasta el asedio final, lleg¨® por esa v¨ªa. En defensa, muy duro.
Hierro. No dio la sensaci¨®n de sentirse c¨®modo por la izquierda. Demasiado habituado a moverse por el centro, ya sea en la defensa o en la medular, pareci¨® acusar la inclinaci¨®n. Menos poderoso que de costumbre. Con todo, celebr¨® su partido n¨²mero 50 en la selecci¨®n con un gol, aunque de penalti.
Kiko. Suya fue la jugada del penalti y el ¨²nico remate a puerta con peligro de la selecci¨®n espa?ola, tras una magn¨ªfica combinaci¨®n Guardiola-Ra¨²l-Hierro-Ra¨²l en una falta ensayada. Y firm¨® tambi¨¦n el mejor regate de la noche, una cola de vaca genial entre Mijailovic y Djorovic. Con todo, apenas particip¨® en el juego, demasiado preocupado de aspectos defensivos.
Mijatovic. Tuvo el gol en sus zapatos mucho antes de que llegara el penalti del empate. Sus tiros y sus maniobras estuvieron cargados de veneno. Tuvo problemas con el adelantamiento de la defensa espa?ola, ya que le oblig¨® a jugar lejos de la porter¨ªa. Pero a medida que Yugoslavia fue encerrando a Espa?a, y con la entrada de Milosevic, que le ayud¨® a moverse m¨¢s libremente, mejor¨®.
Ra¨²l. Apenas se supo de ¨¦l. Tir¨® tres o cuatro regates avisados de peligro, pero la contundencia yugoslava lo mand¨® al suelo en cada intento. Cerr¨® su banda, pele¨®, pero no hiri¨® en ataque. Como le sucedi¨® a sus compa?eros de vanguardia, tiene coartada: no le llegaron balones.
Savicevic. Estuvo en el campo en los mejores minutos de la selecci¨®n espa?ola, cuando el dise?o t¨¢ctico de Clemente met¨ªa en serios aprietos al juego de los de Santrac. Intent¨® tres o cuatro internadas, reclam¨® un penalti de Nadal que el colegiado dej¨® en libre indirecto y ense?¨® su ambici¨®n. Una lesi¨®n muscular, que ya arrastraba desde hace d¨ªas, le dej¨® fuera de combate muy pronto.
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