El Madrid alcanza la final
El Joventut no pudo forzar el cuarto partido ante la eficacia madridista
Existe una regla no escrita que indica que en una eliminatoria larga cada partido debe ser una nueva historia. Y la obligaci¨®n de lograrlo siempre recae en el equipo perdedor. El Joventut la ten¨ªa por partida doble. Pero ni por esas. No hubo alteraciones significativas ni actuaciones descollantes de esas que son capaces por s¨ª solas de variar el curso de los acontecimientos. Si no cambiaron los medios, el fin no pod¨ªa ser distinto.Para desgracia del Joventut, el tercer choque fue un calco de lo ocurrido en los dos primeros casos de la eliminatoria. Desde el principio hasta el final. A pesar de sus esfuerzos, centrados sobre todo en intentar por la v¨ªa defensiva que el Madrid no se sintiese a gusto, los 40 minutos de Badalona parecieron m¨¢s una grabaci¨®n en v¨ªdeo del segundo partido que algo nuevo y en directo.
En ocho minutos el Madrid navegaba con viento a favor (849) y se fue al descanso con ventaja parecida (30-38). Dio otro estir¨®n al principio de la segunda parte (40-57, m. 29), el Joventut ech¨® el resto hasta poner en duda el resultado final (53-61, m. 32) y la ilusi¨®n le dur¨® tres minutos m¨¢s (58-73, m. 35), el ¨²ltimo suspiro verdinegro puso un poco de emoci¨®n (73-79, m. 38) pero al final, el Madrid gan¨® el partido y la serie. Minuto arriba, minuto abajo, punto m¨¢s, punto menos, igualito que en Madrid.
En medio de tanto n¨²mero, Santos, Laso y Ant¨²nez se aplicaron con Turner, el Madrid sac¨® petr¨®leo de sus contraataques, Toolson anduvo err¨¢tico, Beard le costaba cada vez m¨¢s hacerse un hueco debajo de los aros, Espinosa dio lecciones de incontrolado pundonor y Arlauckas demostraba que aunque los focos no le alumbren como antes, se ha convertido en un ilustre veterano del que sabes lo que puedes esperar y rara vez te defrauda. Dado que las t¨¢cticas colectivas no eran capaces de variar el gui¨®n, al Joventut s¨®lo le quedaba la esperanza de que alguno de sus jugadores entrase en ¨¦xtasis.
Y cuando se habla de individualidades en este equipo todo apunta hacia dos hombres: Beard y Turner. El p¨ªvot ha ido de m¨¢s a menos en la serie. No es que sus n¨²meros hayan variado, pero su influencia en el juego ha descendido paulatinamente. Y eso que el Madrid s¨ª ha hecho sus deberes de un d¨ªa para otro y a Beard en cada partido le ha resultado m¨¢s complicado demostrar las cualidades que le han hecho acreedor del apodo del "jugador m¨¢s parecido a Audi Norris". Todo un honor. En cuanto al base, suyas fueron el par de acciones m¨¢s deslumbrantes, pero el asfixiante marcaje al que fue sometido le ha sacado un poco de su ritmo.
El Madrid disputar¨¢ la final y esa no es la mejor noticia para el equipo blanco. La ¨²ltima estaci¨®n para alcanzar el t¨ªtulo de Liga le llega en un momento inmejorable, con una viveza inusitada en su juego y con sus mejores jugadores dotados de gran confianza.
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