La¨ªn
En una de las sesiones del homenaje a Pedro La¨ªn Entralgo celebrada en el C¨ªrculo de Bellas Artes, el profesor Francisco Mora cont¨® esta an¨¦cdota: dice que, saliendo ¨¦l de la Real Academia de Medicina con La¨ªn, donde ¨¦ste hab¨ªa participado en una sesi¨®n con la brillantez de "venerable joven" que acostumbra desplegar, le dijo Mora: "Tengo la impresi¨®n de que vas a vivir 120 a?os". Replic¨® don Pedro: "?Y por qu¨¦ poner l¨ªmite a los designios del Se?or?".La frase define algunos de los rasgos m¨¢s sobresalientes de la personalidad de Pedro La¨ªn Entralgo. Cuando se prepara para cumplir los noventa a?os manifiesta un incansable deseo de seguir trabajando y un fino sentido del humor.
Me encuentro con ¨¦l en recepciones, en presentaciones de libros de autores j¨®venes, en la actitud del sabio que ense?a aprendiendo. Don Pedro o, mejor dicho, Pedro, porque le gusta que le apeen el tratamiento, es un madrile?o de Teruel o un turolense de Madrid. Para m¨ª, es un lujo capitalino.
Siempre est¨¢. No se encierra en ninguna de las torres que ha construido. Su vida intelectual es una constante renovaci¨®n. As¨ª se puso de relieve en la sesi¨®n del C¨ªrculo de Bellas Artes, que se uni¨® a otras celebradas en el C¨ªrculo de Lectores sobre los diversos aspectos de la obra lainiana.
Versaba esta sesi¨®n sobre los estudios de La¨ªn acerca de El cuerpo humano. Participaban, adem¨¢s de Francisco Mora, el neur¨®logo barcelon¨¦s doctor Llu¨ªs Barraquer; Jos¨¦ Arturo Lorenzo, autor de una tesis sobre La¨ªn, y el comunic¨®logo y profesor de teor¨ªa de la imagen Rom¨¢n Gubern.
Todos coincidieron en se?alar la evoluci¨®n del homenajeado desde la concepci¨®n dualista del hombre como compuesto de alma y cuerpo a un monismo de un hombre ¨²nico, a la vez cuerpo y persona. El mismo La¨ªn habl¨®, fuera de programa, al levantarse para pedir perd¨®n por tenerse que ausentar para ir a la Academia de Medicina. En dos palabras aludi¨® a su teor¨ªa "ambiciosa y discutible", dijo. Y defini¨® al hombre como una "nada" en el universo, pero una nada cuya grandeza consiste en dar raz¨®n del mundo.
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