Marlon Brando regala a Johnny Depp su presencia en 'The Brave'
Jacques Chirac preside hoy las 12 horas decelebraciones del medio siglo del certamen
El presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, llega hoy a Cannes para presidir la largu¨ªsima serie de ceremonias y fiestas con que este festival festeja su medio siglo de existencia. Ni un minuto de respiro hay previsto en esta maratoniana sesi¨®n de autobombos, en la que el cine pasar¨¢ a ser un simple pretexto de vanidades. De ah¨ª la sobrecarga de proyecciones de ayer, s¨¢bado, con protagonismo estadounidense a cargo de, Johnny Depp y del ausente Marlon Brando, d¨²o de la extra?a e irregular The Brave.
The Brave, primera incursi¨®n del actor Johnny Depp detr¨¢s de la c¨¢mara, parece destinada a alcanzar resonancias minoritarias seguras, aunque es dudoso que obtenga un premio de los grandes, a la altura de las ambiciones de este proyecto.La actuaci¨®n de Depp es magn¨ªfica, tal vez su mejor trabajo interpretativo; y el paso, fugaz pero intens¨ªsimo, de Marlon Brando por la primera y la ¨²ltima escena de la pel¨ªcula otorgan a ¨¦stas el peculiar poder irradiador que caracteriza a este actor, ya convertido en una leyenda viviente de la historia del cine. Pr¨¢cticamente sin moverse, Brando otorga a su diab¨®lico personaje esa peculiar pegada seca y exacta a la c¨¢mara que s¨®lo ¨¦l posee. Es s¨®lo una presencia de alrededor de cinco minutos, pero tan fuerte y contagiosa que impregna a las dos horas que separan el arranque y el final de esta extra?a historia.
El resto de The Brave est¨¢ invadido por un Johnny Depp que se autodirige con (sorprendente en un novato) contenci¨®n y trazo firme en su interrelaci¨®n con los otros int¨¦rpretes, todos excelentes. Es The Brave una historia oscura y enigm¨¢tica, muy hermosa si se la rebobina interiormente una vez terminada la pel¨ªcula, pero que incurre en arritmias y dilaciones graves en la graduaci¨®n y la armaz¨®n de la secuencia, lo que nos obliga, tras quitarnos el sombrero ante Depp actor y director, a volv¨¦rnoslo a poner ante Depp guionista. La bella (atroz y tierna al mi , sino tiempo) met¨¢fora est¨¢ graduada sin orden ni tim¨®n, ya que hace falta que nos adentremos m¨¢s. de una hora en el relato para percatarnos de lo que est¨¢ ocurriendo en ¨¦l, tiempo de perplejidad y desorientaci¨®n que fatiga e invita a irse a la calle al espectador.
Regla inviolable
Depp olvida una regla inviolable de la escritura cinematogr¨¢fica que formul¨® Billy Wilder: la que ordena a la pantalla situar con toda exactitud al espectador en los 15 o 20 primeros minutos de la duraci¨®n de una intriga. Y paga un alto peaje por este olvido, pues el excesivo alargamiento por Depp del tiempo de acceso al enigma que intenta expresar hace que la tard¨ªa llegada de ¨¦ste coja al espectador desconectado del hilo de inter¨¦s y con la receptividad emocional muy gastada. Y, de esta manera, cuando nos encontramos a media pel¨ªcula pasada, es cuando realmente comenzamos a verla y vivirla.
Luego, en los tres cuartos de hora finales, levantamos los ojos del suelo y los clavamos en la pantalla. Es ya irremediablemente tarde, pero en todo caso mejor que nunca, pues entonces recuperamos poco a poco la perturbadora fuerza de la escena inicial y por fin remontamos el vuelo hacia una zona de desenlace que ciertamente tiene gran calado po¨¦tico y que Depp expres¨® ayer aqu¨ª en t¨¦rminos bastante exactos: "The Brave es una historia sobre la dignidad y la espiritualidad de la gente expulsada de la historia de mi pa¨ªs, arrojada a los vertederos de una sociedad que los exprime y luego los echa y aplasta como si fueran insectos. Pero son hombres genuinos y algunos de ellos, como mi personaje, tienen un sagrado sentido del sacrificio: saben amar y dar la vida por quienes aman".
La dura met¨¢fora, rodada en el desierto de California, a medio camino entre el estilo de, Emir Kusturika y Tim Burton, maestros de Depp, se deja entonces de los titubeos ret¨®ricos, va al grano y acaba convenciendo. Eso s¨ª, habi¨¦ndonos mantenido antes durante una eternidad en pleno desconcierto.
Babelia
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