Clinton mira al Sur
La terminaci¨®n de la confrontaci¨®n entre los bloques y el acceso a un segundo mandato presidencial de Bill Clinton han posibilitado que la pol¨ªtica exterior norteamericana, en un relativo cambio de prioridades, preste m¨¢s atenci¨®n a dos ¨¢reas del mundo descuidadas en d¨¦cadas anteriores. Una es ?frica, donde la activa implicaci¨®n de los norteamericanos en Zaire y no s¨®lo all¨ª -si bien indirectamente, a trav¨¦s de Uganda, Ruanda y Tanzania- est¨¢ produciendo notorios quebraderos de cabeza a los franceses, quienes tradicionalmente han considerado como suya, en funci¨®n de su pedigr¨ª colonial, parte del continente. La otra es Am¨¦rica Latina, el "patio trasero", donde la generalizada presencia de dictadores -diligentes gestores de los abusivos intereses del gran coloso del norte- hac¨ªa superflua una especial atenci¨®n.Durante a?os, Estados Unidos estim¨® que Africa, coto ex colonial, estaba preponderantemente sujeta a influencia europea, al tiempo que Latinoam¨¦rica era -m¨¢s o menos discretamente, m¨¢s o menos brutalmente, seg¨²n ¨¦pocas- supervisada desde Washington. Ello ocasion¨® que durante largo tiempo la dram¨¢tica exclamaci¨®n del dictador mexicano Porfirio D¨ªaz ("?Pobre M¨¦xico, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!"), quien, parad¨®jicamente fue sumiso a la pol¨ªtica exterior norteamericana, se convirtiera en triste emblema no s¨®lo para el pa¨ªs azteca, sino, por extensi¨®n, tambi¨¦n para la gran familia al sur de r¨ªo Grande.
Pocos meses antes de morir en accidente, el secretario de Comercio norteamericano Ronald Brown, de raza negra e ¨ªntimo amigo de Clinton, y que lleg¨® a hacer de la relaci¨®n de Washington con la Sur¨¢frica post-apartheid un compromiso personal, declaraba [febrero 1996]: "La era del dominio econ¨®mico y de la hegemon¨ªa comercial de Europa en ?frica ha terminado. ?frica nos interesa". L¨ªnea en la que continuar¨ªa insistiendo el entonces secretario de Estado Warren Christopher. Y, a la vista de la actividad desplegada hace unos d¨ªas por Clinton en M¨¦xico y en San Jos¨¦ de Costa Rica, donde se reuni¨® con los presidentes centroamericanos, Am¨¦rica Latina vuelve a interesar, esta vez de una manera distinta. El fin de la guerra fr¨ªa -que no el de la historia, como esperp¨¦nticamente proclam¨® Francis Fukuyama- ha propiciado no s¨®lo la modificaci¨®n de las prioridades, sino tambi¨¦n la de los objetivos de la pol¨ªtica exterior norteamericana. Se ha pasado del enfrentamiento con el comunismo -para el que hab¨ªa que procurarse aliados (o sat¨¦lites, igual que los ten¨ªa la Uni¨®n Sovi¨¦tica)- a la lucha internacional contra la droga, el encauzamiento de la emigraci¨®n ilegal, la preservaci¨®n del medio ambiente y el control de natalidad. Entre otros. Sin olvidar los tradicionales, la expansi¨®n del comercio y de las inversiones propias en el exterior. Todo ello en un marco general en el que se pretende promover la democracia y los derechos humanos.
Para cooperar en la consecuci¨®n de estos fines, los americanos todos, del norte, centro y sur, tienen el terreno relativamente abonado. No en balde, y por primera vez en una generaci¨®n, Centroa¨¦rica est¨¢ en paz. Cuando en 1988 el anterior presidente norteamericano Bush visit¨® la zona, Guatemala, El Salvador y Nicaragua padec¨ªan la guerra civil. Clinton afirma que 1997 ser¨¢ el a?o de Am¨¦rica Latina. Empero, para poder sostener que los a?os inmediatos ser¨¢n de bonanza tanto para ella como para las relaciones entre ella y Washington, es importante la conjunci¨®n de varios factores. De cara a atenuar las enormes diferencias entre ricos y pobres a¨²n existentes, Am¨¦rica Latina debe crecer en torno a un 7% anual, necesario para crear empleo. Debe, adem¨¢s, implantar pol¨ªticas sociales que mejoren considerablemente los sistemas sanitario y educativo, primando no tanto la ense?anza universitaria como la primaria y secundaria. El desarrollo del sureste asi¨¢tico se ha beneficiado de una concepci¨®n tal. Y finalmente, Estados Unidos debe cumplir las promesas efectuadas en Miami en 1994, con ocasi¨®n de la cumbre de las Am¨¦ricas. Hasta ahora no se ha avanzado mucho en el proyecto de construir en el 2005 el ¨¢rea de libre comercio de las Am¨¦ricas que, entre otras cosas, facilitar¨ªa la entrada en el norte de los productos del sur.
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