Espa?a vence a Portugal a ritmo de fado
Espa?a puso mucho coraz¨®n pero su juego fue triste y sin ritmo. Aunque bast¨® para superar el escollo de Portugal, un equipo en franca progresi¨®n, no se puede ganar la medalla de oro a ritmo de fado. El pivote, punto d¨¦bil de la selecci¨®n, funcion¨® bien esta vez gracias a Juancho P¨¦rez pero no hubo fluidez en ataque y se resquebraj¨® el habitual muro defensivo. Espa?a, igualada a puntos con Egipto pero con ventaja de 4 goles en el desempate, ser¨¢ primera del grupo si gana hoy a la Rep¨²blica Checa (12.00, la 2) y los africanos no golean a Portugal en el partido anterior.Ser l¨ªder del grupo C se ha convertido en un objetivo m¨¢s importante de lo que era al principio porque Croacia, medalla de oro en Atlanta, empat¨® ayer con Cuba tras perder ante Hungr¨ªa. Los croatas, previsiblemente terceros del grupo D, se enfrentar¨¢n al segundo del C. Ante el riesgo de que el le¨®n dormido despierte cuando la derrota sea irremediable, Juan de Dios Rom¨¢n preferir¨¢ disputar los octavos de final con Cuba. El mandam¨¢s del grupo D es Rusia, ¨²nico de los favoritos que se ha comportado con absoluta autoridad, aunque Suecia y Espa?a tambi¨¦n permanezcan invictos. Yugoslavia perdi¨® el mi¨¦rcoles ante Islandia; y Francia fue derrotada por Corea, previsible rival de Espa?a en cuartos si se cumple la l¨®gica.
La verdad as¨¦ptica es que Espa?a no ha perdido ninguno de los 16 partidos disputados (14 victorias y dos empates) desde que gan¨® el bronce en Atlanta. Tambi¨¦n est¨¢ claro que sus tres porteros son de garant¨ªa: el tercero, Barrufet, fue una de las claves de la victoria ante los portugueses. Salvo raras excepciones, como la de ayer, la defensa parece gran¨ªtica. Pero el ataque no est¨¢ en la misma sinton¨ªa, como en los partidos anteriores, ayer apenas hubo juego colectivo, y se fallaron tres penaltis. Aunque el talento de Duisheb¨¢iev, la fuerza de Garralda y el remate de Juancho fueron decisivos, el equipo espa?ol volvi¨® a olvidar que sus extremos est¨¢n entre los mejores del mundo. El bal¨®n no llegaba hasta ellos, o llegaba con tristeza, como en un fado.
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