El futuro gobernante del Hong Kong chino deja en el aire las libertades
Hong Kong se pregunta en estas v¨ªsperas de convertirse en Regi¨®n Administrativa Especial (RAE) de la Rep¨²blica Popular China si Tung Chi-hua, el futuro jefe ejecutivo regional, nombrado por Pek¨ªn, ser¨¢ el enterrador de las libertades. A finales de enero, el Congreso Nacional del Pueblo dio a conocer en Pek¨ªn su intenci¨®n de derogar o modificar 16 enmiendas constitucionales introducidas en 1992 por el gobernador brit¨¢nico, Chris Patten, y que acabaron con las viejas leyes coloniales que limitaban el derecho de manifestaci¨®n y prohib¨ªan a los grupos pol¨ªticos relaciones con partidos extranjeros.
Patten promulg¨® una declaraci¨®n de derechos destinada a que Hong Kong se ajustase a las convenciones internacionales sobre los derechos humanos. Este gesto provoc¨® la indignaci¨®n en Pek¨ªn, que prometi¨® restablecer el antiguo r¨¦gimen a partir del momento en que China se hiciese con las riendas del territorio.As¨ª, Pek¨ªn mantuvo su amenaza con el motivo -no explicado- de que las enmiendas de Patten no se ajustaban a la ley fundamental de Hong Kong, lo que suscit¨® la indignaci¨®n entre los diputados dem¨®cratas, en particular de Martin Lee, que clam¨® contra el "liberticidio" durante su reciente gira por EE UU y varias capitales europeas. El presidente estadounidense, Bill Clinton, hizo saber que EE UU permanecer¨¢ muy atento al mantenimiento de las libertades en el territorio y que la renovaci¨®n de la cl¨¢usula de naci¨®n m¨¢s favorecida que permite a China exportar a EE UU con derechos de aduana preferentes podr¨ªa muy bien supeditarse al respeto de esas libertades. Como resultado, el futuro jefe ejecutivo anunci¨® una "consulta", y, ante ciertas muestras de descontento, hizo algunas concesiones accesorias.
Sin embargo, las nuevas reglas de juego impuestas por Tung Chi-hua no parecen estar a la altura de la indignaci¨®n que suscitaron. Hasta el punto que algunos observadores pol¨ªticos occidentales se preguntan: "?Por qu¨¦ haberse arriesgado tanto a provocar la indignaci¨®n internacional por unos cambios tan peque?os?". La libertad de expresi¨®n, defendida por la ley fundamental, no parece, por el momento, estar en tela de juicio. Es m¨¢s bien la organizaci¨®n de las manifestaciones la que es susceptible de restricciones. Desde las reformas de Patten, basta con avisar a la polic¨ªa de Hong Kong con al menos 48 horas de antelaci¨®n para organizar una manifestaci¨®n. La polic¨ªa podr¨¢ oponerse a la celebraci¨®n de la manifestaci¨®n si estima que supone una amenaza para la "seguridad nacional" o los "derechos y las libertades".
La "seguridad nacional" est¨¢ definida en relaci¨®n con la "protecci¨®n de la integridad del territorio y de la independencia de la Rep¨²blica Popular China". Desde luego, la cuesti¨®n es saber cu¨¢l ser¨¢ el uso y la interpretaci¨®n que har¨¢n el Gobierno y la justicia de la RAE de la "cl¨¢usula de la seguridad nacional", teniendo en cuenta que Pek¨ªn proh¨ªbe toda expresi¨®n pol¨ªtica disidente. Cuando se le ha preguntado en diversas ocasiones sobre el tema, Tung Chi-hua ha repetido que la cl¨¢usula se interpretar¨¢ conforme al derecho brit¨¢nico.
La poblaci¨®n de Hong Kong conservar¨¢ el derecho a manifestarse gritando "abajo Tung Chi-hua" e incluso "abajo Jiang Zemin", presidente chino. Pero no podr¨¢ realizar ning¨²n llamamiento a la independencia de Taiwan ni a la de T¨ªbet. "Toda manifestaci¨®n legal y pac¨ªfica ser¨¢ autorizada, incluso aquellas que critique al poder en Pek¨ªn", afirm¨® a primeros de mes Tung Chi-hua.
"Estas reformas tienen como objetivo integrar el cambio de soberan¨ªa y la situaci¨®n de China, en la f¨®rmula un pa¨ªs, dos sistemas" dicen en el entorno de Tu Chi-hua.
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