El Berl¨ªn de George Grosz, a trav¨¦s de 120 obras se expone en el Museo Thyssen
"Es injusto separar las etapas berlinesa y americana", dice su hijo Peter
"Un artista con dos vidas". As¨ª defini¨® ayer al pintor George Grosz (Berl¨ªn, 18931959) su hijo Peter al presentar en el Museo Thyssen-Bomemisza, de Madrid (Paseo del Prado, 8), la exposici¨®n George Grosz. Los a?os de Berl¨ªn, dedicada a la tapa vivida en la ciudad alemana desde su nacimiento a 1933. La llegada de Hitler al poder provoca su abandono de Alemania para establecerse en Nueva York. La muestra re¨²ne una veintena de ¨®leos, un centenar de obras sobre papel y libros de apuntes e ilustrados. Una parte de este material se acaba de mostrar en el Museo Peggy Gugenheim, de Venecia, y coincide con otra revisi¨®n del artista en la Royal Academy de Londres.
Las melod¨ªas ragtime que entusiasmaban a George Grosz sonaron ayer en homenaje al pintor, interpretadas a la guitarra por su hijo, Martin O. Grosz, m¨²sico de jazz, en la apertura de la exposici¨®n dedicada a los a?os de Berl¨ªn. La presencia de Peter y Martin aport¨® un testimonio personal e ¨ªntimo sobre una de las figuras que forman parte de la historia contempor¨¢nea del arte, con una obra cr¨ªtica, actual, viva, ir¨®nica y comprometida, seg¨²n Tom¨¢s Llorens, conservador jefe del Museo Thyssen-Bornemisza. "Un artista apasionado y comprometido con la sociedad de su tiempo"."No hay para¨ªso en la tierra", dec¨ªa Martin O. Grosz al comentar la postura de su padre frente a la realidad. Recuerda a un Grosz familiar, amante del jazz, que realizaba numerosos trucos de magia y bromas ante sus invitados.
Peter O. Grosz, f¨ªsico, residente en Estados Unidos como su hermano, le define como "un artista con dos vidas", la que se desarrolla en Berl¨ªn hasta la llegada del nazismo y su permanencia en Estados Unidos hasta semanas antes de su muerte, tras regresar a Alemania. "Es injusto separar las dos etapas, ya que se trata de una misma persona con una evoluci¨®n art¨ªstica. Era muy prol¨ªfico en su pintura, y no tiene sentido decir que la parte berlinesa es la m¨¢s fuerte y poderosa. El a?o 1933 signific¨® una ruptura en su vida, pero sigui¨® con su arte, aunque al final prefer¨ªa reflejar la belleza y no tanto una cr¨ªtica a la sociedad, con un deseo de permanecer al margen de los problemas pol¨ªticos anteriores. Pero volv¨ªa a pintar como si estuviera en Berl¨ªn cuando estall¨® la guerra civil espa?ola o le visitaban personas que hab¨ªan estado en campos de concentraci¨®n".
Visi¨®n global
El comisario de la exposici¨®n, Ralph Jentsch, es especialista en arte alem¨¢n de este mismo periodo, sobre todo del expresionismo, y conservador del legado del pintor que guardan sus hijos. Jentsch coment¨® ayer que dentro de dos a?os se mostrar¨¢ en el mismo lugar la parte americana del artista, con objeto de ofrecer una visi¨®n global de Grosz. El montaje actual, con la colaboraci¨®n del Banco Central Hispano, estar¨¢ abierto al p¨²blico hasta el 14 de septiembre.El bar¨®n Hans H. Thyssen- Bornemisza asisti¨® a la presentaci¨®n, al aportar adem¨¢s al montaje cuatro cuadros que forman parte de la colecci¨®n permanente, donde destaca el arte alem¨¢n de las vanguardias."Empec¨¦ a coleccionar obras del expresionismo alem¨¢n despu¨¦s de la guerra porque los artistas reflejaban la sociedad de aquella ¨¦poca. Aunque tiendo a completar la colecci¨®n actual, se aprovechar¨¢n las oportunidades de comprar obras expresionistas alemanas", declar¨®. Tambi¨¦n estuvo presente el nuevo gerente del museo, Carlos Fern¨¢ndez de Henestrosa.
Unas fotograf¨ªas en blanco y negro de Nueva York, de su puerto y sus calles, tomadas por George Grosz a su llegada a Estados Unidos, sit¨²an el final de la etapa seleccionada en la exposici¨®n. Peter dice que las fotograf¨ªas fueron hechas por su padre, tres o cuatro carretes con una Leica, al descubrir la ciudad. Junto a otros testimonios gr¨¢ficos y libros ilustrados, el montaje incorpora dibujos y grabados, procedentes de una muestra en el Museo Peggy Gugenheim, de Venecia, a los que se suman ¨®leos de varios museos, entre ellos una obra del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), de Valencia. Como complemento, en la sala de exposiciones temporales, en el primer piso, se ha instalado una selecci¨®n de fotomontajes de las colecciones del IVAM, del periodo de la Alemania de Weimar, con el desarrollo de la Nueva Objetividad, donde figuran obras de Heartfield, El Lissitzky, Zraly, Moholy-Nagy, Hausmann y Steiner, artistas relacionados con Grosz, sobre todo a partir de los a?os veinte. La carpeta Dios con nosotros provoc¨® un proceso por ofensas al Ej¨¦rcito, y unas l¨¢minas de 1928, la acusaci¨®n de blasfemia.
Cr¨ªtica social
Entre las obras expuestas destacan Metr¨®polis, del propio museo, pintado entre 1916 y 1917, que se salv¨® de la quema de casi 5.000 obras de arte degenerado organizada por los nazis en la estaci¨®n de bomberos de Berl¨ªn, y El lejano Oeste, de una colecci¨®n particular, casi desconocido para sus herederos, que se subast¨® el a?o pasado por un precio r¨¦cord y s¨®lo se ha mostrado en Venecia y Madrid.Entre los ¨®leos, dibujos y grabados, el montaje recorre sus inicios como caricaturista de fuerte cr¨ªtica social, su participaci¨®n, entre 1917 y 1920, en el grupo dada¨ªsta de Berl¨ªn y, a partir de 1920, en la tendencia de la Nueva Objetividad. El primer estilo de Grosz recibe influencias del cubismo, expresionismo y futurismo, hasta centrarse en percibir y captar la realidad, donde mezcla fantas¨ªa y experiencia. La gran ciudad y sus personajes aparecen en sus obras, cargadas de ingenio, iron¨ªa y cinismo, junto a desnudos y retratos.
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