La derecha francesa gira a ¨²ltima hora hacia el 'euroescepticismo' para evitar la derrota
Philippe S¨¦guin se ha erigido en campe¨®n de la derecha francesa. El art¨ªfice de la victoria presidencial de Jacques Chirac: en 1995 es ahora la ¨²ltima esperanza de una coalici¨®n desgarrada y dispuesta a jugarse el todo por el todo. En la recta final de las elecciones legislativas, los conservadores esgrimen un nuevo l¨ªder y un programa distinto al inicial: ya no hace falta cumplir estrictamente los criterios de Maastricht, Europa debe ser "social" y la prioridad ya no es el saneamiento econ¨®mico, sino el empleo. Resucitando las ideas izquierdistas del candidato Chirac en 1995 y tomando prestadas algunas proposiciones de los socialistas, la derecha efectu¨® ayer un dram¨¢tico viraje de ¨²ltima hora que irrit¨® a algunos de sus dirigentes.
Vuelven las promesas de aquel candidato al que se calific¨® de Che Guevara por su inesperado progresismo. Chirac ha pedido de nuevo auxilio al "gaullista de izquierda" Philippe S¨¦guin, el hombre carism¨¢tico e impredecible que ti?¨® de ideas sociales y euroescepticismo su campana, presidencial y al que luego arrincon¨® en la presidencia de la Asamblea Nacional, para encumbrar a Alain Jupp¨¦ y desarrollar una pol¨ªtica de tinte conservador cl¨¢sico y de ortodoxia respecto a Maastricht. "S¨¦guin, acompa?ado como en 1995 por el liberal Alain Madelin, se impone como el ¨²nico capaz de resucitar la esperanza", seg¨²n Bernard Pons, ministro de Transportes y viejo chiraquista.
En el gran mitin parisiense con que la coalici¨®n cerr¨® anoche la campa?a, Philippe S¨¦guin era la ¨²nica gran ausencia. Dada la rapidez con que se hab¨ªa convertido en jefe, no pudo eludir un acto en su circunscripci¨®n de Los Vosgos. Entre decenas de barones conservadores, que intentaban mostrar una unidad m¨¢s aparente que real, S¨¦guin proclam¨® que "el domingo, con la victoria, quedar¨ªa definitivamente sellado el pacto republicano" que Chirac ofreci¨® en 1995. El nuevo l¨ªder de la derecha critic¨® a los socialistas por haber firmado el tratado de Maastricht "con los ojos cerrados", pero a?adi¨® que Francia deb¨ªa cumplir sus compromisos. S¨¦guin se desmarc¨® abiertamente del programa con que la derecha acudi¨® a la primera vuelta y dijo que los dos a?os de Jupp¨¦ hab¨ªan sido "necesarios para sanear la econom¨ªa", pero dej¨® claro que ¨¦l gobernar¨ªa de forma muy distinta.
Algunos de los barones de la Coalici¨®n Presidencial, como el ex presidente Val¨¦ry Giscard d'Estaing, el ex primer ministro Raymond Barre y el ex ministro Fran?ois L¨¦otard, hab¨ªan expresado durante la jornada su escepticismo ante la extra?a pareja S¨¦guin-Madelin y su peculiar mensaje gaullista-social-liberal. "No se puede ser un trocito de alondra liberal y un gran pedazo de caballo socialista, eso no funciona", coment¨® L¨¦otard, presidente de la coalici¨®n de liberales y centristas Uni¨®n para la Democracia Francesa (UDF). S¨¦guin, ex presidente de la Asamblea Nacional, que vot¨® no a Maastricht en 1992, trataba ayer de dar alg¨²n tipo de coherencia ideol¨®gica a la nueva derecha improvisada por Chirac tras constatar que su alocuci¨®n televisada del martes no hab¨ªa obtenido un eco positivo. El primer ministro en funciones, Alain Jupp¨¦, fiel a Chirac pese a su defenestraci¨®n por los malos resultados de la primera vuelta, terci¨® en favor de su viejo rival S¨¦guin.
Algunos de los que hasta anteayer defend¨ªan ardorosamente la ortodoxia econ¨®mica representada por Jupp¨¦, como el ex ministro del Presupuesto, Nicolas Sarkozy, cambiaron r¨¢pidamente de registro. "Existe un consenso para interpretar de un modo amplio los criterios de Maastricht", proclam¨® Sarkozy.
La Coalici¨®n Presidencial ofrec¨ªa ayer una impresi¨®n de miedo y desorden, y la Bolsa de Par¨ªs reaccion¨® en consecuencia. El mercado burs¨¢til se abri¨® al alza, debido a la aparici¨®n de un sondeo que pronosticaba una ajustada victoria de la derecha. Conforme pasaron las horas otros sondeos coincidieron en lo contrario: la ventaja de la izquierda se agrandaba, y en alg¨²n caso se predec¨ªa incluso una mayor¨ªa absoluta para el Partido Socialista (PS), que podr¨ªa gobernar sin necesidad de los votos comunistas. Entre los sondeos y las contradicciones de la derecha, la Bolsa fue sometida a un vaiv¨¦n que concluy¨® en una ligera p¨¦rdida. El franco, mientras tanto, sufri¨® un nuevo acceso de debilidad y el Banco de Francia se vio obligado a intervenir en los mercados para mantener la cotizaci¨®n de la divisa.
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