El jurado condena a muerte al responsable del atentado de Oklahoma
Los siete hombres y mujeres del jurado de Denver condenaron anoche a muerte a Thimoty McVeigh, al que hab¨ªan declarado culpable del peor atentado terrorista en suelo estadounidense, el que en abril de 1995 revent¨® un edificio gubernamental de la ciudad de Oklahoma. El jurado sentenci¨® que a McVeigh, un ultraderechista de 26 a?os de edad, se le debe aplicar una inyecci¨®n letal en una prisi¨®n federal.No hubo sorpresas: el jurado comparti¨® la opini¨®n mayoritaria a favor de la ley del Tali¨®n de los norteamericanos. Al segundo d¨ªa de deliberaciones, decidi¨® que McVeigh debe pagar con su vida la muerte de 168 inocentes en Oklahoma y las heridas causadas a 500 personas m¨¢s. La acusaci¨®n hab¨ªa subrayado que ese atentado provoc¨® la p¨¦rdida de m¨¢s vidas norteamericanas que toda la Guerra del Golfo contra Sadam Husein, un conflicto en el que combati¨® McVeigh y en el que gan¨® una condecoraci¨®n.
"Miren a los ojos de ese cobarde y d¨ªganle que ustedes tienen coraje; d¨ªganle que no es un patriota, que es un traidor y que merece morir", dijo el jueves la fiscal Beth Wilkinson al pedirle al jurado que condenara a muerte a McVeigh.
El abogado, Stephen Jones, no discuti¨® el jueves la culpabilidad de su cliente en su intervenci¨®n final. "No es un demonio, aunque su acto seguramente fue diab¨®lico", dijo. Jones intent¨® convencer al jurado de que conservara la vida de McVeigh con dos argumentos. El primero, que si muere nunca se sabr¨¢ enteramente la verdad de lo ocurrido en Oklahoma y no saldr¨¢n a la luz otros posibles miembros de la conspiraci¨®n terrorista. "Los hombres muertos", dijo, "no cuentan historias". El segundo, que una condena a muerte igualar¨ªa a los ciudadanos ordinarios con los terroristas. "Ha llegado el momento de terminar con esta locura, el momento de la reconciliaci¨®n" dijo.
El jurado ten¨ªa que escoger entre la ejecuci¨®n del condenado mediante una inyecci¨®n letal o su env¨ªo a prisi¨®n para el resto de sus d¨ªas. Unas diez horas de deliberaciones en total le cost¨® optar por la primera y m¨¢s radical opci¨®n. La decisi¨®n fue acogida con satisfacci¨®n por la mayor¨ªa de sus compatriotas. Tan s¨®lo los obispos cat¨®licos y algunos grupos de derechos humanos hab¨ªan hecho campa?a en los d¨ªas anteriores para solicitar clemencia para McVeigh.
Con el atentado, McVeigh quer¨ªa vengar el asalto del FBI contra el reducto en Waco de la secta armada de los davidianos, en 1993. McVeigh pensaba que su acci¨®n terrorista desencadenar¨ªa "la segunda revoluci¨®n norteamericana".
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