Tres razones para seguir siendo hongkones
La burgues¨ªa local ha sabido conjugar el pragmatismo chino y el humor brit¨¢nico
El humorista m¨¢s popular de Hong Kong en estos momentos, Nury Vittachi, considera que hay tres buenas razones para seguir siendo hongkon¨¦s: "por la capacidad para hacer dinero desde la cuna, por la posibilidad de discutir sobre el precio de una casa durante una boda, una misa o un entierro sin que nadie se sorprenda y por la libertad de culpar a China o al Reino Unido cuando algo no funciona".Esto resume, quiz¨¢, la cultura de Hong Kong: una mezcla del pragmatismo chino y del humor brit¨¢nico.
La burgues¨ªa de Hong Kong es una poblaci¨®n muy aislada en el mundo chino de la a¨²n colonia brit¨¢nica. Directa en su tono, descubre siempre muy r¨¢pidamente los medios m¨¢s eficaces para conseguir sus fines. Esa burgues¨ªa, ciertamente, ha perdido la reserva, por no decir a desconfianza, que tuvieron sus ancestros hacia los extranjeros.
Esta "¨¦lite de los negocios" vive entre dos aviones, como ciudadana de todas las capitanes del mundo entero, y est¨¢ al d¨ªa de las modas que agitan Londres, Par¨ªs o Mil¨¢n. Y si la burgues¨ªa de Hong Kong sabe ganar dinero, tambi¨¦n le encanta derrocharlo en coches de lujo, marcas prestigiosas y otros peque?os caprichos de la modernidad.
?De d¨®nde le viene a esa ¨¦lite tal apertura al mundo? ?De sus colonizadores brit¨¢nicos? No es seguro. S¨ª es cierto que los chinos de Hong Kong guardan de estos156 a?os de cohabitaci¨®n con sus colonizadores brit¨¢nicos una cosa: la pasi¨®n por las carreras de caballos. Si se les habla de los purasangre favoritos para la pr¨®xima carrera, se les ilumina el rostro.
Pero la burgues¨ªa china ha sido el ¨²nico segmento de la poblaci¨®n que ha resultado permeable a la influencia brit¨¢nica. Env¨ªa sus h¨ªjos a las escuelas brit¨¢nicas y despu¨¦s a las universidades anglosajonas de Inglaterra, Estados Unidos y Canad¨¢. Es miembro de numerosos clubes, de los mismos que hace s¨®lo diez a?os era excluida. La burgues¨ªa va a todos los bailes de beneficencia. Y se enloquece con los pic-nic dominicales.
"Es un fen¨®meno extremadamente reciente, y muy ligado al retorno de Hong Kong a China", explica Benedict Tai, abogado de Hong Kong, "porque antes los chinos eran excluidos de todo lo que encarnaba la civilizaci¨®n brit¨¢nica. Pero esta situaci¨®n de apertura afecta s¨®lo a la burgues¨ªa, porque la indentifica con el s¨ªmbolo de un triunfo del que hay que hacer ostentaci¨®n", a?ade Annie Auyeng, llegada hace 20 a?os a la colonia tras huir de la tiran¨ªa de los guardias rojos. "La gran mayor¨ªa de los chinos han permanecido cerrados al estilo y al prestigio brit¨¢nico", concluye.
Sin embargo, esta modernidad y esta apertura al mundo de la burgues¨ªa local no ha impedido a la poblaci¨®n china de la colonia permanecer como un basti¨®n de las tradiciones culturales chinas.Mientras en China se perd¨ªan los valores y tradiciones chinos con la revoluci¨®n cultural, en Hong Kong eran firmemente mantenidos. Y por todos.Los templos tao¨ªstas son muy frecuentados por j¨®venes y menos j¨®venes. Los festejos populares, como el Festival de la Luna, el Ching Ming o las regatas de barcos drag¨®n son multitudinarios. Los antiguos caracteres de la escritura china han sido preservados, mientras que en la China Popular eran simplificados. Y las familias han conservado el orden jer¨¢rquico y el respeto a los ancianos.
Y sobre todo, los chinos de Hong Kong, cualquiera que sean, no cerrar¨¢n jam¨¢s un negocio sin haber consultado antes a su astr¨®logo sobre su buena estrella.
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